La libertad es uno de los pilares fundamentales de toda sociedad democrática y republicana, el sistema de administración y gobierno más extendido y exitoso del mundo. La libertad requiere derechos y garantías, también responsabilidad y respeto.
Un viejo axioma afirma que la libertad de uno termina cuando comienza la del otro. Esto llevo a fuertes tensiones en la sociedad, pero si comenzamos a pensar que la libertad de uno se complementa con la libertad del otro, las cosas cambian.
Es triste que después de décadas de haber recuperado la democracia ver qué los intentos y las maniobras para restringir están al orden día.
Ya nos parece casi natural que nos quiten la libertad de circular en las rutas, o la elegir cuando un gobierno provincial por especulación electoral elimina las PASO.
Nos limitan la libertad del derecho a propiedad privada, a aprender con las huelgas docentes, a vivir en paz con la inseguridad, a tener salud, con la ineficiencia de la salud pública y la última, ahora también nos quieren quitar la libertad a expresar nuestro descontento
La Rioja quiere modificar su Constitución para limitar la libertad de expresión. Y en Salta un proyecto de ley, una suerte de mordaza informativa se aprobó en la Cámara de Diputados. Si bien tiene pocas posibilidades de prosperar, desnuda la intención del poder político de controlar a la prensa y su contenido.
Son tiempos complejos, de calentamiento global, de aires de guerra, de cambios difíciles de entender y la una forma de poder afrontarlos es con información.
Evitemos que nos quiten la mayor herramienta de conocimiento: la libre circulación de la información.