Las monedas y el liderazgo político se basan en un solo elemento: la confianza, es en tomo a ella que se establecen los contratos sociales para aceptar las reglas de juego. Sólo ella puede generar una adopción generalizada sobre algo tan intangible como el “líder” o una cotización.
Nada puede funcionar sin confianza y es por eso que nuestro país no funciona. No se confía en la Justicia, que. según todas las encuestas, es el Poder republicano con peor imagen, tampoco en la política, ni en la economía, en definitiva, rompimos lo único que nos mantenía unidos al contrato social que nos daba las bases para estructurar un Estado, un país.
Desde 1813, la libertad, la igualdad y la fraternidad es un estandarte de la república, pero estas banderas únicamente se hacen presentes en los discursos. Esta terrible grieta que comenzó hace 70 años dinamitó la fraternidad y los vacunatorios VIP con el concepto de la igualdad. La desconfianza, la miseria y el odio se transformaron en una constante en la política argentina. Con eso es imposible crecer.
Nací en el 64 y desde entonces nunca dejamos de descender en una espiral sin fin. pasamos a ser uno de los países con más futuro del mundo, a vivir de lo que nos dejó ese fabuloso pasado, algo que nunca es bueno.
Eduardo Huaity González