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Corre, Elisea corre

Elisea Lozano es la creadora de “Las chicas corren”, una de las marcas deportivas más relevantes de la provincia y organizadora de una de las maratones clásicas de Salta, que año tras año convoca a cientos de corredores de todo el país.
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Profesora de Educación física, empresaria y concejal en el municipio de San Lorenzo y divulgadora de los beneficios del ejercicio físico, sigue corriendo, sigue organizando competencias.

“Yo siempre fui muy deportista, a pesar de que mis casas no me incentivaban a hacer deporte, siempre fui muy deportista. Yo tenía 15 años y me venía corriendo cuando San Lorenzo no era lo que es ahora, cuando la Ruta de San Lorenzo no era lo que es ahora. Yo me iba en bicicleta hasta San Cayetano, dejaba la bici ahí, literal, sin candado y sin nada, cuando nadie te robaba; me venía corriendo, bajaba del tobogán, subía, pasaba todo, volvía, agarraba la bicicleta y me iba a Tres Cerritos porque yo vivía ahí”.

¿Cuándo comenzaste a correr?

Siempre amé el deporte e hice todos los deportes que te puedas imaginar, menos parapente, paracaidismo, esos deportes extremos, no. Pero tenis, pádel, vóley, pelota al cesto, hockey; todos los deportes.

Dicen que los tenistas y la gente que corren maratón, son los que más desafíos se ponen a ellos mismos…

Y sí. Porque vos decís, bueno, no sé por decirte “hoy empiezo y corro 5. Mañana me anoto en una carrera de 10”, y siempre queres un poquito más, porque ese es tu desafío. Y realmente el cuerpo está hecho para aguantar.

¿Haces carreras muy largas?

A ver, yo no soy ultramaratonista, porque están los ultras que hacen 100 km y yo jamás lo hice, pero entrenan y aguantan. Yo corro 42, y me dicen “¿Cómo haces?” Entrenas y llegas, es así, con entrenamiento, disciplina. Lo que hace el running, te disciplina, saca lo mejor de vos y es impresionante como como te levantas, desayunas, te lavas los dientes y te vas a correr. Te hace ser metódico.

Ser metódico también está perfecto como en todos los deportes, pero el running tiene una cualidad que tiene que ver con el tema de la cabeza. ¿Cuánto es músculo y cuánto es cabeza cuando empiezas a correr?

Es cabeza. Yo creo que el 99,9% es cabeza. No son gambas, no es físico…

Te voy a contar una anécdota, yo fui una vez a una carrera. Yo en ese momento entrenaba, no recuerdo bien si el Pato Witte, o con Ale, un entrenador de acá, cuando yo no tenía los grupos, entrenaba con ellos. Nos vamos a la carrera que se hizo hace años en el monumento a Güemes y me acuerdo que, todo el mundo decía “mírala a esta va a ganar” por mí, porque el físico, livianita, chiquita. Pero no gané. Es cabeza, y cuando tu cabeza dice “no puedo más”, ahí te quedas.

Por eso se entrena mucho la cabeza también, de hecho, existen los psicólogos deportivos y, de hecho, yo voy mucho al legado Güemes, porque ahí puedo llegar a hacer 10 km, que es la pista de 400 metros, vos imagínate. Entrenas la cabeza; el running es mucha, mucha cabeza.

¿Te sirve para la vida diaria esa forma de controlar la emoción?

Yo me separé hace tres años y fue duro, porque siempre digo que las separaciones, sean como sean, malas o buenas, siempre son duras porque es un proyecto de vida, que quedó trunco. Cuando tenés hijos como yo, que tengo cinco, no dejas de arruinarle un poquito a la vida a los chicos, porque los chicos siempre quieren a su papá y su mamá juntos, mal o bien.  Y si yo no hubiese corrido, no sé si hubiese caído en una depresión, porque yo me separé, y pase de ser una mina que no sabía lo que pagaba de boleta de luz, porque nunca me hice cargo de nada, tuve que empezar a decir ¿Qué hago ahora con cinco chicos y todos los gastos que tengo encima? Y a mí, el running y siempre lo digo, me salvó y fue lo que me sacó adelante, o lo que me levantó. Porque yo pienso, y mucha gente me lo dice, que tendría que haber estado tirada en una cama llorando. Y bueno, se me empezaron a abrir puertas y eso fue el running. O sea, la vitalidad que vos me ves, que no quiere decir que muchas veces no estoy cansada, pero me la da el correr. A mí me ayudó muchísimo en mi vida personal, en esa etapa de mi vida, me ayudó un montón.

El Pato Witte asegura que correr te alarga la vida. ¿Consideras que es real?

Y yo te digo que sí. Yo físicamente tengo 51 años, no tomo ninguna pastilla, ningún remedio de nada y vos me ves, no sé si parezco de 51, pero es como que te la alarga. Físicamente capaz que parezco más chica, pero yo, en mi forma también me siento con energía: me agacho, voy, vengo, alzo a mi nieto. Me siento súper vital, y al margen de todos los beneficios fisiológicos que son reales, como los huesos, que buenísimo, para la circulación tiene miles de beneficios.

El sedentarismo tiene que ver no sólo con la vida diaria, sino con la depresión de la gente de no querer hacer nada…

El correr te genera lo que se llaman las endorfinas, entonces cuando vos corres, tenes ese saque de endorfinas, que es lo que te hace ver todo positivo y estar enérgica. Todo lo contrario de lo que la gente cree, que es que vos corres estás muerto, no. Si vos te quedas sedentario, ahí sí. Es como el refrán que dice que el que menos hace, menos quiere hacer.

Si yo te cuento un día mío, vos me decís “no, me estás jodiendo”. Me levanto a las 6 de la mañana, entreno previo a mi clase, después me voy a dar clase. Después sigo siendo mamá, soy Concejal. O sea, tengo miles de cosas, y sin embargo, puedo. A veces estoy cansada, pero yo creo que esa energía me la da el running. A mí no me cabe duda. El domingo, que es el único día que yo no entreno, no corro, no hago nada, siento que llegan las 7 de la tarde y estoy como caída. Yo digo siempre que el ruido es mejor psicólogo, olvídate. Y después también es adictivo.

¿Cómo pasaste de ser una mujer que le gustaba correr a tener una marca propia y que todo el mundo identifica con el running en Salta?

Empecé de casualidad. Vivía en San Pablo, en Brasil y me vine. Un día, una amiga, ex compañera del colegio de chica del San Pablo, me quería contratar como personal, y yo le decía que ni loca. Y le dije, bueno, si queres yo te busco cuando voy a correr y ella me decía que no sabía correr. La empecé a buscar y me preguntaba qué hacer, y yo le decía que me siga. Entonces la pobre, corría un poquito y caminaba y yo iba, y venía y le saltaba al lado. Alguien me vio con ella y también me llamó y yo empecé con esto que decía “la puta madre ¿Para qué me meto en esto que no quiero?” Es más, yo me acuerdo de que las citaba en el colegio San Pablo y yo rezaba para que no vengan porque era algo que no me gustaba, aparte no sabía ni cómo enseñar algo que recién estaba surgiendo.

Pero vos hiciste un profesorado de Educación Física…

Sí, yo hice un profesorado de educación física, pero te enseñaban cómo enseñar baile, pelota al cesto, esto no sabía cómo voy a enseñar.  Y empecé a meterme en un curso para aprender y así empecé. De tener 1, 2, 3; llegué a tener 100 alumnas mujeres.

Me acuerdo que la gente te veía y era como raro. Hoy por hoy vos ves mucha gente corriendo, ya no te llama la atención…

Cuando yo empecé era como raro y gracias a Dios, ahora hay miles de grupos. Y le puse “Las Chicas Corren” porque una de mis alumnas, Florencia Alsina, qué es una diseñadora capísima. Insistía con ponerle un nombre y yo le decía “déjate de joder”. Y ella fue la que pensó en este nombre y a mí me encantó y ahí quedó. Y quedó una marca que todo el mundo saben quién es.

Poco después pusiste en marcha la primera maratón…

Y así me lancé a hacer mi primera carrera, que también, fui de caradura porque a ver, yo si hago las cosas las hago bien, yo quería mi primera carrera contar con buenos sponsors. Entonces me fui a hablar con el que es gerente del Shopping. Imagínate que a mí nadie me conocía, y yo fui “quiero hacer una carrera”, y me acuerdo que me miró con una cara como diciendo “bue”. Y confío en mí y hasta el día de hoy le agradezco, porque Las Chicas Corren es junto a Alto NOA la carrera que hacemos y me ayudan muchísimo. Y aparte eso me da una espalda, porque es distinto ir con una empresa importante. De hecho, una vez nos auspició Alto NOA a una carrera en Buenos Aires, éramos como 10 más o menos. Y así empecé.

Y sigue hasta el día de hoy…

Ahora lo que me pasó en esta última carrera que es muy loco, es que empecé a decir que no a empresas porque ya no tenía que vender. Que antes no me pasaba, antes era golpear puertas y ahora no tengo lugar. Por ejemplo, tenes una empresa como OSDE que es mega y me llamaron y no tenía donde ponerlos, pero estuvieron presentes. Nunca me pasó esto. Y bueno, este año es como que vi los frutos de lo que es ser ya conocida y que ya no necesitas ir a explicar quién sos. Alguien se entera de Las Chica Corren y quieren entrar. Y hoy por hoy tengo muy bueno sponsors, en esta última carrera, muy muy muy buenos.

Una cosa es salir a correr en llano, y otra cosa que también veo que salen a correr, que se trepan por todos lados. ¿Son dos disciplinas distintas?

Son dos disciplinas distintas, porque el que es trailero, el que sube a los cerros, cuando pasa a la calle, yo soy de calle, a mí me gusta mucho la calle. Porque yo soy metódica y vos me decís “tenes que ir a 5 km” y yo voy. En cambio, el trail running, tiene que hacer una cuesta de 500 metros, que la tenes que caminar y de ahí bajas corriendo. Tiene esa mezcla y te da mucha fuerza. Entonces cuando vos pasas del trail running a la calle, sos mucho más fuerte. Es mucho más beneficioso correr en cerro y después en calle y no al revés. Los que hacen calle y se meten al cerro, les cuesta mucho más.

Y yo me hice trailera, pero porque vivo acá y porque no me quedó otra, porque los tengo a los cerros a la vuelta. Pero si vos me preguntas que me apasiona, a mí me apasiona correr maratón en la calle, eso es lo que a mí me gusta.

¿Viste que surgió mucha buena gente que corre en los últimos años?

Si. Y de hecho te puedo nombrar miles.

Tenes uno, que es el Tano Isola que es mega, que es el que encontró la chica que se perdió en los cerros.

El Tano manda a sus hijos al mismo colegio que yo y cuando él empezó, me acuerdo que me paró en la puerta del colegio y me preguntó cómo entrenar y medio que yo le di los tips para empezar y después el Tano se metió de lleno, empezó y ahora es un monstruo.

Acá en Salta, si tenes muy buenos corredores; muy buenos corredores de larga distancia y traileros hay miles. Jorgito Garcia que es buenísimo y que también me ayudó un montón en mis carreras. Tiene su grupo de running también y es muy buenísimo.

Ya corriste, ya hiciste carrera. ¿Qué te falta hacer?

Bueno, el que corre, siempre quiere seguir corriendo. La verdad, si vos me preguntas, mi sueño en cuanto el running, sería lograr hacer una carrera aquí en Salta y traer a Nike, esas marcas, y hacer como la que está en Buenos Aires, la media maratón Adidas, que esté acá, y no estoy muy lejos de lograrlo. Estoy ahí, tratando de llegar.

Ese sería mi sueño, que Salta tenga una carrera como una de estas, como la que hay en Mendoza como en todas las grandes, pero están auspiciadas por estas grandes marcas. 

¿Y en lo personal? Porque, además, ya sos Concejal…

Eso fue una tocada con la varita mágica como digo yo. En realidad, lo que me gusta de ser concejal, es la llegada a la gente que puedo tener y que quizás antes no la tenía.  Ahí me di cuenta lo que es la parte de acción social, que también me gusta. De hecho, estoy dando clases en Atocha, existen Las Chicas Corren en zona sur, y eso fue gracias a ser concejal que pude llegar. Lo hago sola, no porque el Intendente me lo pida ni nada. A mí se me ocurrió, pedí autorización, me dijeron que sí y empecé. Eso, lo ad honorem, lo hago porque realmente quiero. Y bueno, de ser concejal, eso. Porque si vos me preguntas, no sé si me gusta estar en lo que es el Concejo sentadita, no entiendo los pedidos de sesión, no me interesa. No me llena.

Te gusta más lo que es la acción en la calle…

Pero me gusta más la parte de deporte, y sobre todo, siendo Concejal, descubrí que tengo ese lado de acción social que yo no pensé que lo tenía y que me gusta, que me conmueve, y  que me hace bien.

¿Cuántos hijos tenes?

Cinco.

¿Y tenes un nieto también?

Si. Un nieto también, que es como si fuera mi hijo… pero bueno, yo siempre digo que se puede, siempre tenes que ver el vaso un poquito más lleno. 

Los hijos heredan cosas de los padres, vos por ejemplo tenes uno que es un crack como jugador de fútbol…

Si tengo uno y bueno. Mi casa es fit, son todos los deportistas. Uno que es fanático del fútbol y juega muy bien, y de los otros, uno fanático del boxeo también y todos corren, desde la más grande, hasta el más chico. Es como que la charla en la mesa es “¿Cuánto corriste hoy?”. Gracias a Dios, porque yo creo que el deporte, sobre todo en los adolescentes y los jóvenes, también ayuda, porque el que hace deporte también se cuida cuando sale, toma menos, fuma menos. Viste que todo ese tema es pesado ahora, y el deporte para mí también es muy importante. Para mí es parte, o sea, los míos, estudian y deporte, el que quieran. También juegan mucho al tenis, no sé, están aburridos y en vez de estar tirados con las computadoras, agarran la raqueta y se van. Son bien deportistas por suerte.

Una vez alguien me dijo que correr es escapar de algo…

Es correr, no es escapar, es sacar lo malo. Si vos estás angustiada, lo que fuera o tenés bronca por algo, volvés de correr, y es como que te cambia la óptica y tu mirada es otra. Solo el que corre lo entiende. Te lo juro que es así.

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Director

Eduardo Huaity González

Salvador® es una publicación de
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Salta, Argentina