¿Cuántos años tienes Silvina?
Si se puede decir, tengo 43 años.
Y a pesar de ser tan joven, empezaste muy chiquita con esto del tarot.
Así es, empecé de muy chiquita. Te puedo llegar a decir que arranqué con todo esto cuando tenía 17 años. Yo vengo arrastrando esto de mi abuela y mi mamá, de generación en generación.
Y ahí viene la pregunta, ¿se nace o se hace?
Se nace, se nace. Sí, sí
Entonces viene tu abuela, venís vos.
Mi abuela, mi mamá y yo. Todas mujeres. Te cuento algo, mi mamá cuando iba a primer grado leía las manos y predecía las cosas que iba a pasar a su alrededor era muy fuerte y bueno. Estudié psicología, pero la percepción o lo que yo tengo es natural.
¿Es una suerte ese don, o una maldición? ¿No es una responsabilidad que te pesa?
Qué pregunta interesante. Hay cosas que me pesan mucho, escucho cada cosa; sí hay muchas cosas que me pesan pero, bueno hay que saber manejarlo; pero hay muchas cosas que pesan y mucho.
Cuando vos tiras las cartas o ves algo o hay cosas que son positivas y hay cosas que son malas, ¿cómo haces para transmitir las cosas malas para que no sean tan malas?
Bueno por eso estudié psicología y por eso me dediqué a la parte espiritual, entonces yo veo si la persona del otro lado realmente está preparada para recibir lo que yo le puedo decir. Pero depende la persona que está enfrente y si yo siento que está preparada le digo de una o de otra manera.
Hay muchas cosas que negativas, enfermedades, la gente siempre está asustada, que, si se va a morir, qué le va a pasar. Nunca es fácil dar una mala noticia.
¿Y vos tenés miedo?
No, no. Vivo en un mundo real y en un mundo místico a la vez, tengo un pie en cada uno.
¿En ningún momento?
Este último tiempo te puedo llegar a decir que un poco sí, porque hay tantos cambios energéticos, tantas cosas dando vuelta alrededor. Todo muy pesado, preocupante
¿Y cómo haces?
Para eso me hago una protección, para eso medito mucho, para eso hago limpiezas de baño y trato de protegerme yo antes de estar con el cliente. A las noches, antes de acostarme, yo me hago baños. Me alineo. Trabajo una alineación de los chakras, armonizo y tengo mi protección personal. Entonces, eso hace que yo me recubra un poco. Pero constantemente me estoy haciendo limpieza, protección.
¿Por qué?
Porque yo chupo toda la energía de la persona. Por ejemplo, siempre en mi escritorio hay un vaso con agua, porque absorbe la energía. Siempre hay una llama, la llama y el vaso de agua. Entro a mi casa sin los zapatos, porque se pega toda la energía en la planta de los pies. Tengo varias técnicas que hacen que yo me pueda proteger. Hay gente que por ahí atiendo y realmente es bien pesada y por ahí no puedo atender más.
No todas las personas tienen la misma energía. ¿te das cuenta de eso?
Si, totalmente. Vos desde que te sentás yo ya sé la postura de tu mano, cómo venís, de dónde venís, qué te angustia. Por eso hay algo muy groso que me pasa, que ni yo la entiendo. Es que, por ejemplo, en este momento estoy con vos, me das tu nombre, fecha de nacimiento y ya se todo. Me baja como un canal natural y me salen un montón de palabras que ni siquiera están en mi léxico. Es como un momento de trance, de conexión, llámalo como quieras, pero tiene que ver con esa sensación que es muy fuerte.
Por ejemplo, me habló una cliente y me dice Silvina, pero ¿vos no sabías eso?, ¿cómo sabés tanto? Eso es lo natural o el don, o llamarlo como quiera que tengo.
Pero lo tuyo no sólo es con las cartas…
Si, pero las cartas son un medio, nada más. Yo trabajo a través de la energía que vos me permitís que yo pueda ver.
O sea, son todos medios, no te hace falta nada…
No, no, no me hace falta nada, pero no le puedo decir a la gente, vení, te voy a hablar. Entonces necesitamos tener un medio.
¿Las cartas impresionan a las personas?
Si. Las cartas de tarot al menos sí, son imágenes fuertes y la gente por ahí quiere interpretarla sin mi ayuda y se asustan, porque hay muchas cartas fuertes. No es muerte, como muchas veces piensan, sino pero tiene que ver con terminar etapas, con arrancar algo nuevo.
Una vez charlando con vos me decías que lo que más consulta la gente es amor y dinero. ¿Sigue siendo igual?
Sigue siendo igual. Mucho amor, el tema económico sobre todas las cosas y se olvida un poco de la salud. Cuando ya están bastante tocando fondos se acuerdan de la salud. Y tendría que ser al revés.
