La inflación mayorista se ubicó en 1,5% en marzo y acumuló un 4,7% en los primeros tres meses del año, según informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).

Si bien este dato incluye la tensión cambiaria que se reflejó en los dólares paralelos, en abril estará el impacto del nuevo régimen cambiario, que llevó la divisa a los $1.198 este lunes y luego cedió a $1.135.
Esta variación es consecuencia de la suba de 1,5% en los “Productos nacionales” y de 1,3% en los “Productos importados”. Dentro de este último grupo se trató de la mayor suba en nueve meses. Al interior de los artículos nacionales, resaltaron los aumentos en productos agropecuarios (2,8%) y alimentos y bebidas (2,7%).
En términos interanuales, el Índice de Precios Internos al por Mayor (IPIM) aumentó 27,7%. Mientras los productos nacionales subieron 30,6%, los importados presentaron una deflación de 1,3%.
El nivel general del índice de precios internos básicos al por mayor (IPIB) mostró un ascenso de 1,4% en el mismo período. En este caso, la variación se explica por la suba de 1,4% en los “Productos nacionales” y de 1,3% en los “Productos importados”.
Asimismo, el nivel general del índice de precios básicos del productor (IPP) registró un incremento de 1,3% en el mismo período, como consecuencia de la suba de 0,3% en los “Productos primarios” y de 1,6% en los “Productos manufacturados y energía eléctrica”.
A partir de este lunes hay un nuevo régimen cambiario de flotación administrada entre bandas -que van de los $1.000 a los $1.400- para el dólar oficial, también se eliminó el cepo para las personas humanas y se realizó una nueva depreciación del peso, tendrán su impacto en la inflación. Las consultoras esperan que pasen algunos días para comenzar a relevar precios y hacer nuevas proyecciones del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de abril. Si bien se prevé que haya un arrastre de la aceleración de marzo, también comienza a emerger la idea de que se agregue un componente de la devaluación.
Al unísono todos los economistas repiten que es muy pronto para vaticinar un dato de inflación de abril o cuánto puede impactar esta devaluación y eligen manejarse con escenarios posibles.
A partir de la flotación, el tipo de cambio mayorista subió 11,1%. En ese contexto, la consultora PxQ aseguró que “en el corto plazo, el éxito del programa vendrá determinado por la capacidad del Gobierno de evitar una espiralización de la inflación y morigerar el impacto sobre la actividad económica”.
En ese sentido, la consultora eligió hacer un promedio del traslado a precios de los últimos saltos cambiarios desde el 2008 al 2023. “En promedio, en los primeros 6 meses después del salto cambiario se traslada a precios el 80% de la magnitud del salto”, señaló; sin embargo, hizo una excepción al tomar como referencia la salida del cepo de 2015-2016: “Tuvo un traslado a precios bajo comparado con el resto de las experiencias recientes: 60% en los siguientes 6 meses después de la corrección cambiaria”, añadió.
“Hay razones para pensar que esta vez es diferente”, lanzó la consultora en su último informe y destacó que el Gobierno llega a esta devaluación con “factores” que podrían reducir el traslado a precios, aunque también con otros que podrían aumentarlo. “Entre los primeros, se encuentran los precios relativos más alineados, superávit fiscal, economías más abierta y tasas de interés neutras o positivas. Entre los segundos, el salto de la inflación y el bajo nivel de reservas. Cabe destacar que este último puede ser neutralizado por la magnitud de los desembolsos”, precisó.