Como en las películas sobre la Guerra Fría en las que misteriosos personajes que servían a la CIA en realidad espiaban para la KGB, o viceversa, en este proceso electoral nacional el gobernador salteño Gustavo Sáenz es un “doble agente” o un “agente doble”.
Ubicó a uno de sus más cercanos colaboradores, Pablo Outes, como cabeza de la lista que se supone favorita para la primaria de Unión por la Patria y, también, sin escrúpulos, colocó gente de su entorno, Eugenia De Vita y Alberto Castillo, en las listas que disputarán la interna en Juntos por el Cambio.
Outes estará acompañado por la intendenta saliente de Cerrillos (derrotada en las elecciones de hace poco más de un mes), Yolanda Vega, también cercana al mandatario provincial mientras que De Vita secundará a Miguel Nanni en la lista de diputados de Patricia Bullrich y Castillo a Inés Liendo en la de Horacio Rodríguez Larreta.
“No te confundas: Gustavo no es un doble agente” avisó un consultor político y agregó que “Gustavo es un triple agente que no trabaja ni para la CIA ni para la KGB sino para él mismo”. La definición suena brutal, pero esconde buenos argumentos.
Conociendo a Sáenz puede adelantarse que “antikirchnerista” confeso según sus propias definiciones, trabajará para Unión por la Patria por su amistad personal con el ministro y precandidato presidencial Sergio Massa y por necesidades de gestión, pero también, por las dudas, apuntalará con dineros y aparatos a los candidatos de Juntos por el Cambio. Al fin y al cabo, gobierne quien gobierne el país, él se acercará al próximo presidente como ya lo hizo en el pasado con Mauricio Macri y con Alberto Fernández.
Conociendo a Sáenz puede adelantarse también que, si algún periodista le pregunta por este juego a dos bandas, contestará que respeta el pensamiento y la decisión de todos los candidatos y que lo importante son los intereses de la provincia y que se lleven al Congreso las necesidades de Salta.
La provincia renovará 4 de sus 7 diputados nacionales y, de no mediar imprevistos, Unión por la Patria y Juntos por el Cambio se repartirán esas bancas. En el inicio de la campaña para las primarias del mes de agosto no parecen tener mayor fuerza las otras opciones electorales, ni siquiera la de los Libertarios de Javier Milei apuntalados en la provincia por el ex diputado Alfredo Olmedo.
Con múltiples listas, la izquierda (Política Obrera, Movimiento al Socialismo, Frente de Izquierda, Libres del Sur) y la derecha (Salta Independiente, Autonomistas) dispersan los votos de los descontentos con los gobiernos nacional y provincial y marchan hacia una elección apenas testimonial.
Conociendo a Sáenz y a los precandidatos puede adelantarse que, en cualquier caso, sea cual sea el resultado de la votación ejecutiva y legislativa, no habrá grandes cambios para la política salteña: el gobernador se acercará al presidente de turno para gestionar obras y dineros nacionales y los legisladores salteños continuarán sin mayor influencia en el Congreso.
