Acusaciones cruzadas, denuncias y testimonios de la gresca ocurrida en una fiesta clandestina en San Lorenzo inunda los medios y las redes sociales. Todos los elementos están en manos de la Justicia.
De la tercera denuncia del caso, la de Bardi, surge que Gil y Lohfeldt fueron los responsables de los desmanes dentro de la fiesta sin autorización en San Lorenzo, la que en ningún momento fue descripta por el supuesto agresor como “clandestina”, sino como una reunión de amigos en una casa que alquiló por dos días.
Desconoció como tantos amigos se enteraron de la fiesta, que presumiblemente fue luego de que se conoció que la fiesta de Halloween anunciada en el Centro de Convenciones se suspendió, por lo que todos comenzaron a llegar al encuentro de amigos que había organizado.
Dijo que no se conocía previamente con Lohfeldt, aunque sí aseguró que éste y su amigo, Santiago Gil, llegaron a la fiesta ya alcoholizados y causaron problemas, por lo que le solicitó “al personal que se contrató” que lo saquen del lugar, aunque lograron quedarse.
Afirmó que al dirigirse al sector de los baños químicos, de manera inesperada se presentó Lucas, quien comenzó a vociferar. “Ahora si estas solo y no tenes patotas”, para de inmediato comenzar a golpearlo en la frente con la cabeza, para luego abalanzarse diciéndole: “te quiero matar”.
Reveló que Lucas le tiró varios golpes e incluso le mordió el cachete derecho de la cara, circunstancias en que otros invitados intervinieron y lograron calmarlo y que la pelea termine. Como corolario, mencionó que sufrió graves lesiones, pues que al momento de la pelea desatada por Lohfeldt cayó al piso y se golpeó la cabeza con una piedra.
El principal acusado de los hechos de violencia en una fiesta electrónica realizada en San Lorenzo negó que se trate de una fiesta clandestina, aunque reconoció que contrató personal de seguridad. Las víctimas aseguraron que pagaron 20 mil pesos para entrar y que la pelea se desató por un comentario en el sector de baños.
Santiago Gil, de 22 años y amigo de Lucas Lohfeldt, quien se llevó la peor parte en la gresca, sostuvo que el domingo pasado, a las 2.10, concurrieron a la fiesta de Halloween organizada en una casa ubicada en la calle Joaquín V. González 2651, en San Lorenzo.
Contó que Lucas compró las entradas y que, en el ingreso, por un problema suscitado porque no registraron su nombre, debió esperar afuera con los patovicas, los que esperaban la orden de los organizadores para dejarlo pasar, lo que sucedió tras unos minutos.
Una vez adentro, no hubo inconvenientes hasta promediar las 3, cuando fueron a la zona de los baños químicos, donde se toparon con Tomás Bardi, sindicado como el principal organizador de la fiesta clandestina. Dijo que llegó en tono prepotente e interrogó a su amigo si ya había orinado y agregó: “porque no tenes nada que hacer acá”.
Lejos de achicarse, Lucas le respondió al instante: “hubieras cobrado cinco lucas más”, a lo que Bardi impartió órdenes a dos patovicas para que lo saquen de la fiesta, pero otro de los organizadores intervino y frenó a los guardias, hablaron y lo dejaron seguir en la fiesta.
Cuando todo parecía arreglado, un tercer patovica apareció y tomó del cuello a Lucas, a quien pretendía aplicarle una llave “mataleón” y así poder sacarlo, a la vez que otro guardia aprovechó que estaba indefenso y comenzó a golpearlo, por lo que Gil reconoció que intervino para defender a su amigo.
Dado que el tumulto comenzaba a crecer, pues Gil enfrentó a los patovicas, Bardi apareció otra vez y dispuso la retirada de los patovicas que había enviado, aunque no se dio por satisfecho, pues a las 6, cuando Lucas nuevamente estaban en el sector de los baños con unos amigos, surgió otro incidente.
Señaló que su amigo ya estaba bajando la escalera para marcharse, cuando Bardi apareció “malentonado” y directamente encaró a Lucas, desatándose una nueva gresca, en la que ambos pelearon mano a mano, pero luego, cuando fueron al piso, intervinieron los patovicas y Matías Notario, quienes lejos de calmar los ánimos, atacaron a su amigo con golpes de puño en la zona nuca.
Otra vez, Gil entró en escena, ya que vio a Lucas desvanecido debido a los golpes en desventaja que recibió. El joven dijo que atinó solamente a cubrirle la cabeza a Lucas, momentos en que fue blanco de varios golpes de puño y puntapiés de un patovica y de los organizadores, entre ellos Bardi y Notario.
Luego, cuando logró sacar a su amigo, lo trasladó en un vehículo hasta un centro médico privado, donde fue asistido. Por último, Gil dejó en claro que el problema fue “porque Lucas respondió al cometario de Bardi” en el sector de los baños.
Por último, indicó que perdió su teléfono celular IPhone y que en la fiesta intervino la policía, pero los organizadores los sacaron del interior, para luego “festejar” el hecho que los habían echado de la fiesta clandestina, sin aclarar si, previamente, existía alguna rivalidad con Bardi.
Rodrigo Gil, padre de Santiago, uno de los jóvenes agredidos en la fiesta clandestina de San Lorenzo, desmintió las declaraciones de Tomás Bardi, organizador del evento, quien había afirmado que su hijo y su amigo habían atacado a otro joven durante el incidente.
En una entrevista con CNN Salta, Gil calificó las acusaciones de extorsión como “una mentira infame” y defendió la versión de su hijo.
Gil señaló que su hijo no solo fue víctima de un ataque físico por parte de Bardi, sino que también fue víctima de un robo. “La acusación de extorsión es absolutamente falsa. Yo lo único que quise fue que el asunto no llegara a juicio, pero después de ver la patada en la cabeza que le dieron a mi hijo, me di cuenta de que no podía dejarlo pasar”, dijo.
“Yo le di la oportunidad a Bardi, le di la oportunidad de que se retracte, nunca me llamaron para solidarizarte”
El padre de Santiago detalló que, inicialmente, intentó resolver el asunto de manera extrajudicial, sin embargo, afirmó que Bardi nunca mostró interés en reconocer la gravedad de lo ocurrido. “Nunca se solidarizaron con nosotros. Yo les di la oportunidad de retractarse, pero no lo hicieron”, señaló.
Gil también aclaró que la fiesta no era exclusivamente por invitación, sino que los asistentes pagaban por ingresar, algo que Bardi había negado.
“Nunca se preocuparon por mi hijo, no solamente lo molieron a palos, le robaron el celular y la billetera”
En cuanto al avance judicial, Gil comentó que ya se ha radicado la denuncia y que están ampliando la información en la Fiscalía de San Lorenzo.
En la oportunidad, expresó su agradecimiento por el apoyo del gobernador Gustavo Sáenz, quien se comunicó con él personalmente. “Para mí ha sido impactante que el gobernador se involucre directamente en esto. Sentí una gran paz al saber que no estábamos solos, le estaré agradecido toda la vida y de todo corazón”, comentó.
Por último, reveló que las autoridades locales ya están investigando el caso y que, según lo acordado, continuarán con las diligencias judiciales en las próximas horas.