La inocultable irrupción de las mujeres en el debate social y político del país no encuentra una proyección electoral en la provincia: al momento, ninguna dirigente expresó su deseo de competir por la sucesión de Juan Manuel Urtubey.
Por Gonzalo Teruel
El indetenible proceso de movilización de las mujeres argentinas para garantizarse igualdad de oportunidades, derechos y obligaciones con los varones enfrenta un nuevo y enorme desafío en el presente año electoral: ocupar espacios de representación en los distintos partidos políticos y órganos de poder.
Por lo pronto, a nivel nacional, se descuenta la presencia femenina en las fórmulas presidenciales de los principales frentes electorales. De no mediar un brutal imprevisto, Cristina Fernández de Kirchner encabezará el binomio de la oposición y una mujer (Gabriela Michetti, Carolina Stanley o Patricia Bulrrich) integrará el del oficialismo. Otras opciones electorales también, es muy probable, tendrán representación femenina en sus boletas.
Pero a nivel provincial la situación es muy distinta: al momento, ninguna mujer expresó su deseo de competir por la sucesión de Juan Manuel Urtubey. El dato no sorprende porque Salta es una de las provincias con menor porcentaje de mujeres en cargos de decisión política.
Salta es una de las provincias con mayor desigualdad de acceso al poder en el país, prueba de ello es que ninguna mujer expresó su deseo de competir por la sucesión de Juan Manuel Urtubey.
Un nada novedoso repaso confirma la terrible desigualdad política en Salta. La gobernación y la vicegobernación son ocupadas por varones desde la recuperación democrática del año 1983. Más aún, nunca en la historia una mujer ocupó esos lugares. En la actual composición del Poder Ejecutivo sobre 12 despachos con rango de ministerio sólo 3 tienen una mujer al frente: Analía Berruezo en Educación, Edith Cruz en Desarrollo Social y Graciela Pinal de Cid en Producción; a ellas puede sumarse Pamela Calletti en la Fiscalía de Estado. Mucho peor aún, sólo 4 mujeres gobiernan los 60 municipios de la provincia: Yolanda Vega en Cerrillos, Alejandra Fernández en General Güemes, Rita Carreras en Coronel Moldes y Angelina Canchi en Isla de Cañas.
En el Poder Judicial 2 magistradas mujeres, Teresa Ovejero y Sandra Vonari, son minoría ante 5 ministros varones de la Corte de Justicia y no detentan los cargos de dirección. Sólo en el Colegio del Ministerio Público las mujeres son mayoría: María Inés Diez en la Defensoría General y Mirta Lapad en la Asesoría de Incapaces comparten espacio con Pablo López Viñals en la Procuración General.
En el Poder Legislativo hay 13 diputadas frente a 47 diputados y 3 senadoras (Silvina Abiles, Nora Cannuni y María Laura De la Zerda) frente a 18 senadores. En ninguna de las cámaras legislativas las mujeres ocupan los cargos de dirección como presidencia o vicepresidencias. Además, la representación de la provincia ante el Congreso de la Nación es absolutamente machista: una sola mujer, Cristina Fiore, detenta una banca en el Senado mientras que en Diputados, en flagrante violación de la Ley de Cupo Femenino sancionada hace casi 30 años, los 7 escaños son dominados por varones.
En Salta hay 13 diputadas frente a 47 diputados y 3 senadoras frente a 18 senadores y, en flagrante violación de la Ley de Cupo Femenino, una sola mujer ocupa un lugar en el Congreso donde la provincia tiene 10 escaños.
“Las leyes de acciones afirmativas como la de Cupo Femenino sirvieron y sirven para visibilizar la desigualdad que sufren las mujeres” consideró la abogada Graciela Abutt, miembro de la junta electoral de la UCR, pero reconoció que la norma “no cumplió totalmente sus objetivos porque son los propios partidos los que tienen dificultades para garantizar la participación de las mujeres en sus listas y la correcta conformación de los cuerpos legislativos”.
Este desigual acceso a los lugares de decisión y poder político tendrá un principio de modificación con la aplicación de la Ley 7.955 de Paridad de Género que establece la participación igualitaria de varones y mujeres, con excepción de los cargos unipersonales, en las listas de candidatos en el próximo proceso eleccionario. “La Ley de Paridad sancionada por la Legislatura y promulgada por el Poder Ejecutivo está en perfecta vigencia y será aplicada este año” confirmó el periodista Marcelo Báez, responsable de prensa del Poder Judicial. En idéntico sentido se expresó Abutt. “Se va a aplicar a nivel nacional y provincial y va a permitir avanzar de una igualdad declamatoria a una igualdad material porque hasta ahora las mujeres sufrimos una estructural y sistémica desigualdad y venimos muy atrás de los varones” indicó.
“Aunque no es fácil conseguirlo, las cosas van a mejorar en la política provincial” expresó y destacó que “desde mi experiencia en las internas partidarias del año pasado puedo decir que la justicia electoral tiene una firme voluntad para cumplir los compromisos internacionales que obligan a la paridad y ahora tenemos que avanzar para que el cumplimiento de esa paridad se dé en la conformación de las listas de candidatos y también en la integración de los cuerpos representativos”.
El desafío para las políticas salteñas es enorme porque, por ahora, ninguna mujer aparece posicionada para competir por la gobernación y lo mismo sucede en las principales intendencias de la provincia frente a los varones que ya manifestaron sus aspiraciones políticas. La discusión electoral es del todo machista: disputan el acceso al gobierno Miguel Isa, Gustavo Sáenz, Pablo Kosiner, Javier David, Sergio Leavy, Miguel Nanni, Martín Grande, Claudio Del Plá, Fernando Yarade y Carlos Parodi.
Además, en ninguna de las principales fuerzas políticas se observan mujeres con real peso específico de cara a las elecciones. Sólo la mencionada Fiore que puede revalidar su senaduría o tal vez aspirar a la vicegobernación en una alianza más o menos amplia y la diputada provincial Bettina Romero, todavía con 2 años de mandato, evidencian liderazgo en sus espacios. La concejal capitalina Cristina Foffani y la ex senadora provincial Gabriela Cerrano del Partido Obrero, Cecilia Gómez del Movimiento Socialista de los Trabajadores, Malvina Gareca de Libres del Sur y la ex senadora nacional Sonia Escudero expresan representatividad pero, a la luz de los resultados obtenidos en últimas votaciones, parecen alejadas de una real aspiración de poder. Hasta ahora, salvo notables excepciones, las mujeres ocupan lugares secundarios en los partidos políticos salteños. Son parte de la militancia pero nunca de la conducción de las organizaciones democráticas y muy pocas veces, con las honrosas salvedades de las fuerzas de izquierda, encabezan las listas de candidatos.
El desigual acceso a los lugares de decisión y poder político tendrá un principio de modificación con la aplicación de la Ley 7.955 de Paridad de Género que establece la participación igualitaria de varones y mujeres en las listas de candidatos en el próximo proceso eleccionario.
La gigantesca movilización de mujeres bajo las sucesivas consignas “Ni Una Menos”, “Aborto Legal, Seguro y Gratuito” y “No Es No” presente en la provincia como en el resto del país por ahora no encuentra una proyección política y electoral. El desafío de las mujeres salteñas es ocupar espacios en las organizaciones políticas, sindicales y sociales. Y la obligación impostergable de los varones, eternos dueños de la vida política salteña, es abrir esas organizaciones al aporte y liderazgo de las mujeres militantes.