La fábrica de Nissan en Córdoba que parará la producción mañana y pasado. El sector automotor es uno de los más afectados por la traba a las importaciones y mantener las plantas en funcionamiento en Argentina es cada vez más difícil. La situación se replica en otras terminales que también están al límite de fabricación.
En el caso de la planta de Nissan, donde produce la pickup Frontier, la parada se debió a distintos motivos. Por un lado, tuvo problemas con el suministro de autopartes por la liberación de los permisos de importación, conocidos como SIRA. También tuvo problemas de saturación en los depósitos de los puertos. A esto se sumó una caída de los envíos a Brasil por el que había proyectado bajar la producción. Esto hizo que se tomara la decisión de parar mañana y pasado para acomodar los stocks.
En ese contexto tan complicado, las terminales automotrices se reunieron el miércoles pasado con el Secretario de Comercios, Matías Tombolini, para analizar el funcionamiento del nuevo sistema de administración del comercio exterior puesto en marcha hace dos semanas.
El principal problema que se generó con el cambio de régimen, además de los mayores controles para ingresar mercadería, es la postergación de pagos a los proveedores del exterior que pasó de 60 a 180 días.
Eso provoca un problema serio ya que no sólo tiene un costo financiero, sino que desde las empresas que venden materias primas y piezas a las fábricas locales están alertando que no van a mantener el flujo si se mantiene este mayor plazo. Incluso ya alguna terminal recibió carta de un proveedor multinacional del exterior advirtiendo que dejaría de enviar mercadería.
Las terminales solicitaron que se reduzca ese tiempo para que el Banco Central libere dólares al cambio oficial. Desde el Gobierno les pidieron a las empresas que sean las casas matrices las que financien, por ese plazo, a sus filiales locales para seguir recibiendo insumos y mantener la producción.
En el caso de las empresas que exporten y tengan superávit en su balanza comercial no tendrán necesidad de recibir dólares ya que se los generan. El problema es para los que no exporten o lo hagan en baja cantidad.
La preocupación que hay en el sector es si cumplidos esos 180 días recibirán los dólares al cambio oficial o se volverá a patear el pago. Según pudo saber Ámbito, fue en esos casos que el Gobierno pidió que los dólares los pongan las casas matrices. El Gobierno se comprometió a recortar ese plazo y están esperando que se cumpla.
Como las reuniones fueron individuales, es decir empresa por empresa, el planteo fue diferente para cada una. También se habló de importar vehículos o repuestos al valor del dólar financiero. Lo que quedó claro en las empresas es que se mantendrá la dureza en el acceso a divisas al cambio oficial.
“El Gobierno reforzó la idea de cuidar los dólares para producir hasta que lleguen los billetes de la próxima cosecha y la situación dependerá de lo que cada empresa exporte”, explicó a Ámbito un directivo que participó de las reuniones.
La situación en las fábricas es delicada ya que no sólo tienen problemas las automotrices, sino que el problema se agrava en los autopartistas que, en muchos casos, son pymes nacionales y no tienen posibilidad de financiarse.
Hay decenas de estas compañías que están en estado crítico porque los proveedores del exterior les están avisando que no enviarán más mercadería hasta que se normalicen los pagos.
Esto está provocando un corte de suministros durante algunas semanas y volver a que se recomponga el flujo llevará tiempo. Advierten que diciembre puede ser un mes crítico. Es por eso que algunas automotrices están dando vacaciones para fin de año.
En ese contexto, algunas fábricas tienen que sacar decenas o centenares de unidades de línea de producción sin terminar por falta de algunas piezas. Hay problemas con piezas que llegan de Brasil Europa y países de Asia.
Los empresarios alertan que esto está generando que se replanteen los planes de producción y no descartan que, de mantenerse esta situación sin posibilidad de crecer en volumen, tenga impacto en materia laboral.
Desde algunas casas matrices muestran su preocupación por que va a ser difícil cumplir con los objetivos de producción. En la filial local de una terminal temen que decidan suspender los planes de inversión y trasladar producción a otros países.