El ingreso de divisas del mes de octubre es el resultado del régimen especial vigente en septiembre pasado del Decreto 576/22 (dólar soja) que ofrecía $200 por cada divisa obtenida a partir de la exportación de la oleaginosa. Según anunció el ministro de Economía, Sergio Massa, en la presentación de los resultados, generó un cierre de operación de u$s8.123 millones de exportaciones y un ingreso de divisas por u$s7.646 millones.
Sin embargo, desde la cámara destacan que en este sector, las comparaciones estadísticas entre distintos períodos son generalmente imprecisas o inexactas ya que la liquidación de divisas está fuertemente influida por el ciclo comercial de los granos, que depende de diversos y cambiantes factores exógenos como oscilaciones internacionales de precios, retracción de la oferta, distinto volumen y valor proteico de las cosechas, condiciones climáticas, feriados, medidas de fuerza sindicales, modificaciones regulatorias, barreras arancelarias y para arancelarias del exterior, exigencias fitosanitarias o de calidad de otros países, etcétera.
Además, la mayor parte del ingreso de divisas en este sector se produce con bastante antelación a la exportación, anticipación que ronda los 30 días en el caso de la exportación de granos y alcanza hasta los 90 días en el caso de la exportación de aceites y harinas proteicas. Esa anticipación depende también del momento de la campaña y del grano de que se trate, por lo que no existen retrasos en la liquidación de divisas.
El complejo oleaginoso-cerealero, incluyendo al biodiésel y sus derivados, aportó el año pasado el 48% del total de las exportaciones de la Argentina, según datos del INDEC.
El principal producto de exportación del país es la harina de soja (14,2% del total), que es un subproducto industrializado generado por este complejo agroindustrial, que tiene actualmente una elevada capacidad ociosa cercana al 50%. El segundo producto más exportado el año pasado, de acuerdo con el INDEC, fue el maíz (11%) y el tercero fue el aceite de soja (6,9%).
Las expectativas respecto al futuro se enmarcan en una disparada de los precios de los granos, en particular del trigo, por la retirada de Rusia del acuerdo para permitir la exportación de cereales desde los puertos de Ucrania, luego de que denunciara que un barco ruso en el Mar Negro fue atacado.
Se suma a este escenario la sequía que atraviesa el país que ya afectó al 50% de las áreas sembradas de trigo y esperan que afecte también a la soja. El Gobierno por su parte lanzó un programa de incentivos para pequeños productores mediante el que subsidia la compra de semillas y fertilizantes, precios que también se vieron afectados por la irrupción de la guerra en Ucrania.