Entre tanta oferta actualmente en Netflix, no todo lo que brilla es oro. Hasta que te sorprende con una miniserie como esta.
Varias cosas para decir al respecto: se trata de una miniserie en 7 capítulos, ambientada en los años 50 y 60 en Estados Unidos. Una niña huérfana, Beth Harmon, descubre que el conserje del orfanato, el señor Shaibel, juega ajedrez y se siente atraída por ese juego y le pide que le enseñe. Sorprendentemente, resulta ser una niña prodigio. Es adoptada por un matrimonio que luego se deshace por el abandono del esposo de quien será su madre adoptiva y compañera, la señora Alma Wheatley. Beth sigue estudiando y jugando, desafiando sus propios límites, emocionales, materiales, sociales, de época. A partir de ahí, su mundo girará en torno al tablero de ajedrez y cada una de sus jugadas, casi como una paradoja, pasará de la mala jugada de la vida a la gran jugada en la que termina convirtiéndola, todo por mérito propio. Pero no todo es tan simple: la protagonista de esta historia se mueve con solvencia en el tablero de mesa, aunque en el de su vida hay tropezones, con obstáculos a vencer: su adicción a los tranquilizantes y el alcoholismo.
Aun cuando el espectador pueda ser un neófito en la materia, al punto de sólo saber que existe el juego que consta de un tablero con 64 casillas y 16 piezas blancas y 16 piezas negras, llamado “ajedrez”, al comenzar a ver el primer capítulo, ya quiere seguir viendo y sabiendo qué más le depara a esta niña de 9 años.
Una de las claves de lo atrapante de la historia radica en la eficacia con la que está contada, a través de los perfiles bien definidos de sus personajes y su evolución, con la dosis justa de dramatismo, que evita recurrir a los lugares comunes de exceso de detalles o desarrollo de historias secundarias que nada aportarían a la historia central, sólo alejarla del foco. Por el contrario, el guionista confía en el espectador, dejándole pendiente las resoluciones para el devenir a través de los 7 capítulos, sin quemar las naves, lo que le evita la pérdida de interés y manteniendo la atención y la tensión, como quien asiste a una partida de ajedrez entre grandes rivales.
Pero, a todo esto, ¿qué es un “gambito de dama”, que es el título de la miniserie? Gambito se le llama a la apertura del juego que consiste en una serie de movimientos, tres en este caso, de las (piezas) blancas, que comienza con el “ofrecimiento” del peón que resguarda a la dama (o reina), al adversario, moviéndolo dos casillas hacia adelante. Esta apertura es, usualmente, con la que se comienza a aprender a jugar al ajedrez y a la que se puede responder (por parte de las negras) con gambito de dama aceptado (comiendo al peón blanco) o bien gambito de dama rechazado o declinado, realizando otro movimiento y sin tocar el peón blanco. Y he aquí la figura del porqué del título y a cuya conclusión se llega en el sétimo y último capítulo, eficazmente resuelto.
Aquí un punto aparte para la referencia a los efectos visuales y la banda sonora. Los primeros son un auténtico trabajo de proyección mental a través de las visualizaciones de las jugadas que Beth hace, mientras que la música ensambla a la perfección con los diferentes climas y momentos que va generando la historia en su devenir, con una exquisita selección acompasada con las escenas, para conformar la banda sonora. En tanto, en los planos y secuencias hay impecables juegos de cámara, entre traellings, cenitales y diferentes encuadres, tarea magistral que realiza el director de fotografía, Steven Meizler, de quien dependen la iluminación, el color, las distancias y movimientos de cámara y que se traduce en esas tomas que vemos semejar a veces retratos o pinturas en movimiento. El vestuario y los decorados y escenografía terminan de completar una estética visual de excelente factura, sin descuidar detalle.
¿Y el reparto?
Comienzo por Anya Taylor-Joy, la protagonista, es una joven actriz y modelo de 24 años, nacida en Miami, de nacionalidad estadounidense-argentina-británica, cuya primera lengua es el castellano, pero que pronto, a los 8 años, tomó contacto con el inglés, ya que asistió al colegio en Inglaterra donde sus padres se mudarían. La talentosa actriz, que se identifica y siente argentina, llegó al protagónico de la miniserie con 6 películas en su haber. Su actuación destaca por el manejo de la sutil gestualidad, además de sus rasgos: grandes ojos, de mirada profunda y expresiva, todo ello enmarcado en un rostro anguloso y que, junto a su talento han logrado construir este personaje que interpreta, desde que la protagonista tiene 15 años. Su transformación y evolución son de tal calidad interpretativa que la convierten en alguien a quien no sólo no se puede dejar de ver, sino que además se querría seguir viendo.
Las actrices que componen el personaje de Beth niña y adolescente son de destacar, ya que la elección de ambas guarda similitudes asombrosas. Y vaya que funciona, ya que es inevitable ver a ambas como la misma persona, de pequeña a más grande. Ellas son Annabeth Kelly e Isla Johnston.
El veterano y experimentado actor norteamericano Bill Camp es quien le da vida al apacible conserje, el señor Shaibel.
Para el papel de la madre adoptiva de Beth, cuentan con ínclita participación de la directora, escritora y actriz norteamericana Marielle Heller.
En la piel de Jolene, la amiga y compañera en el orfanato de Beth y a quien esta última llama su “ángel guardián”, se puso la actriz norteamericana Moses Ingram, quien en 2019 recién se graduó de la Escuela de Arte Dramático de Yale. Destacada actuación en su primer papel importante, por cierto.
Los británicos Harry Melling y Thomas Brodie-Sangster encarnan a dos de los, primero rivales y luego buenos y leales amigos de la protagonista, a saber: Harry Beltik y Benny Watts en la ficción.
Por último, el gran coloso a derrotar, su gran rival soviético y campeón mundial, es protagonizado por el actor polaco Marcin Dorocinski.
Valga aquí la aclaración de que todos los jugadores que aparecen en la miniserie, son todos ficcionales, ninguno de ellos responde a algún nombre célebre entre los que conforman la lista de famosos ajedrecistas mundiales. No obstante, sí están basados en varios de ellos.
De la realidad a la ficción
Entre las revelaciones que realizó el escritor norteamericano Walter Tevis, autor de la novela en la que se basó la miniserie y quien falleció en 1984, a los 56 años, figura el hecho de que está inspirada en jugadores que sí existieron.
Esta gran adaptación del libro de Walter Tevis que, además, tiene como agregado el hecho de que también los guionistas se fijaron en la historia del famoso ajedrecista Bobby Fisher, sólo que esta vez es una mujer, con todo lo que ello implica: el guiño feminista de la mujer que avanza y llega al podio en un ámbito con supremacía masculina y que se corrobora a través de las declaraciones que hiciera el propio novelista al The New York Times, al afirmar que la novela “es un tributo a las mujeres inteligentes” y reconociendo el carácter autobiográfico, no sólo porque volcó en la obra su vivencia como jugador de ajedrez cuyo oprobioso desempeño lo llevó a abandonar los torneos reales, sino también porque, supo depender de las drogas farmacológicas a raíz de una afección cardíaca.
Quien se sintió identificado también con la historia cuando leyó la novela fue el actor Heath Ledger, quien había proyectado incluso llevar al cine la historia, bajo su dirección, lo que no fue posible debido a su temprana muerte a los 28 años, producto de una intoxicación por efecto combinado de ansiolíticos, analgésicos y sedantes, según los resultados de los análisis toxicológicos posteriores.
Dato: para los que les interese, a propósito de Bobby Fisher, el famoso ajedrecista norteamericano, dos veces campeón mundial, su histórico entrenamiento para el Campeonato Mundial de 1972, denominado “Encuentro del Siglo”, fue llevado al cine en 2014 con el título de “Pawn sacrifice” o “El caso Fischer”, dirigida por Edward Zwick (“Leyendas de pasión”, “El último samurái”, “Diamante de sangre) y protagonizada por Tobey Maguire, un drama biográfico con el nervio suficiente para mantener en vilo al espectador.
Retomando, sin ninguna duda Scott Frank, junto a Allan Scott, dirigen una miniserie que es, a todas luces, una experiencia reveladora, no sólo por la fuerza interpretativa, el ritmo y la cadencia que le imprimen a la historia, narrada en 7 capítulos, sino además por la manera magistral de introducir al espectador en un mundo excluyente, pero a la vez complejo y apasionante, como es el del llamado “juego ciencia” o ”deporte ciencia”
“Gambito de Dama” se estrenó en Netflix el 23 de octubre de 2020.
No se la pierda. Yo sé lo que le digo.