Un golpe institucional aun en marcha puso en vilo y desequilibró al país. La guerra entre un presidente que no toma decisiones y una vice cargada de causas judiciales.
Momentos de zozobra y extrema tensión se vivieron entre la tarde y la noche de ayer en la Casa Rosada por el desmoronamiento del Gabinete de Alberto Fernández, tras una maniobra de Cristina Kirchner y la agrupación La Cámpora que tiene como objetivo de desestabilizar el gobierno del presidente Alberto Fernández.
Las alarmas comenzaron a sonar a las 14 horas de ayer, cuando el ministro del Interior, el ultra kirchnerista Wado de Pedro, presentó su renuncia. Después llegaron las del resto de los funcionarios que responden a la vicepresidenta Fernández.
Esta tarde movilizan el Movimiento Evita y agrupaciones políticas que responden a Alberto Fernández, que coincidirán con las multitudinarias movilizaciones de las agrupaciones piqueteras de izquierda contra el gobierno.
La crisis se desató tras la fuerte derrota que sufriera el oficialismo en las últimas PASO y que, de repetirse, algo muy probable, cambiaría la composición del Senado Nacional. Sin Quorum propio Cristina Kirchner no puede nombrar jueces, pierde su influencia sobre la Justicia y se reactivan las causas que pesan sobre ella y su familia.