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“Estamos tomando agua de cloacas”

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“Estamos tomando agua de cloacas” - Revista Salvador

Simplicio Leonardo, cacique

La última semana de febrero un grupo de 44 personas perteneciente a la Misión Salím, ubicada en el norte de la provincia viajaron a Salta para solicitar ayuda para su comunidad, que a esas alturas se encontraba bajo las aguas debido a las inundaciones estacionales. Consiguieron asistencia y dieron a conocer su historia de años de abandono y olvido.

Por Eduardo Huaity González

Simplicio Leonardo es cacique de la Misión Salím, de Padre Lozano, ubicada sobre la ruta provincial 53, a 27 kilómetros de la ciudad de Embarcación. En ella viven unas seis mil personas, la mayoría de ellos menores de edad.

Falta de agua potable, sistema de salud, educación y transporte son parte de la historia de esta misión y del resto de las comunidades aborígenes de la provincia de Salta. Las lamentables muertes de niños registradas en los últimos meses es sólo la punta del iceberg de una situación que viene desde hace décadas y que se agudizó durante la gestión del ex gobernador Juan Manuel Urtubey.

La horrorosa realidad del norte salteño fue tapada durante algo más de una década por la gestión de Urtubey. Ya en el 2015, un informe publicado por el IELDE, Instituto de Estudios Laborales y del Desarrollo Económico dependiente de UNSa,  advertía que “Salta, como otras provincias, principalmente del Nordeste y del Noroeste del país, se encuentra en una situación de desventaja relativa en términos de desarrollo humano. Los niveles educativo y sanitario tanto en cantidad como en calidad, están por debajo del promedio nacional y la tendencia en el tiempo a lo largo de la última década, dista de ser satisfactoria. Por su parte, los indicadores de trabajo decente ubican a la provincia en la parte más baja de la escala nacional, y los niveles de pobreza y desigualdad social son ostensiblemente más elevados que en el resto del país”.

Nunca estuvo en claro cuánto y cuando asistieron a las comunidades de aborígenes de Salta durante el gobierno anterior, el ejemplo más extremo de la falta de claridad en la supuesta ayuda a los sectores más olvidados del norte, fue el convenio que firmó el Gobierno de la Provincia con la Cooperadora para la Nutrición Infantil, la famosa Conin, entidad que preside el medico Abel Albino, en 2013.

El convenio marco firmado establecía el mejoramiento de la infraestructura de los comedores infantiles y merenderos salteños, su adecuación en instituciones de desarrollo comunitario y la futura aplicación de la Metodología CONIN. Este “Método”, dejó más víctimas y deudas que beneficios.

Albino fue el principal responsable de la creación del Ministerio de la Primera Infancia, organismo, con enorme cantidades de recursos, que tenía como objetivo solucionar los graves problemas que genera la pobreza en la infancia. Al frente de la cartera provincial, que ya no existe, estuvo el contador Carlos Abeleira.

Nunca el ministerio tuvo una función clara, sus funciones chocaban o simplemente eran llevadas adelante desde siempre por Salud Publica o Acción Social, lo que sí sabe es que se le destinaron cientos de millones de pesos del Presupuesto.

“Nunca le encontré razón de ser a ese ministerio. Siempre me quejé de Primera Infancia porque no entendía como el Gobernador (Urtubey) permitía la existencia de este ministerio que recolectaba los mismos datos que el área de Atención Primaria de Salud, con los agentes sanitarios”, aseguraba a principio de este año la diputada Gladys Paredes y agregó: “En un momento llegó a tener más presupuesto y poder este ministerio que el de Salud, algo aberrante”.

Las denuncias contra Conin y Primera infancia comenzaron a finales del año pasado. Abeleira, no dijo nada y al igual que Urtubey, se encuentra de gira internacional mostrando los logros de su gestión. El que sí habló, fue Abel Albino y lo hizo para responder a las acusaciones de legisladores y periodistas.

“Responsabilizar a CONIN de las muertes de niños wichí en el último verano a causa de diarreas estivales – cosa que lamentablemente ocurre todos los veranos desde hace décadas – es no sólo una insensatez, sino una calumnia notoria, que pretende basarse en hechos falsos, resoluciones o convenios inexistentes y transferencias de fondos imaginarias”. (sic).

Lo más preocupante, es que todos los datos recolectados por Primera Infancia, hoy están en venta y el “Metodo” Albino es ofrecido a distintos gobiernos del mundo. “Para tener una idea de la realidad del Chaco Salteño solamente en la localidad de Morillo, durante los últimos dos años mientras duraba la campaña, murieron 10 niños, 7 de los cuales desnutridos. Hoy hay 250 niños con riesgo alimentario, hay 26 desnutridos y 4 desnutridos graves”, sostenía el periodista  Kimón Demitropulos en FM Capital, de la ciudad de Salta.

La situación de la niñez aborigen no era desconocida para los funcionarios responsables de solucionar el problema, al menos lo sabía Edith Cruz, la ex ministra de Asuntos Indígenas, “Hay 161 niños con muy bajo peso, 267 formaban parte de esa franja pero fueron recuperados, mientras que 1.727 tienen bajo peso. La cifra mayor es de los que están en riesgo social, que son 12.575 niños pertenecientes a familias con madres vulnerables o familias desocupadas. Los datos expuestos pertenecen a lo recabado por los agentes primarios de Salud entre septiembre y noviembre del año pasado”. Lo dijo el pasado 30 de enero de este año, después de terminar su función frente a la cartera.

En 2011 la provincia tomo un préstamo en dólares, ejecutado por el entonces gobernador Urtubey, que se llamó Fondo de Reparación Histórica. Las obras prometidas nunca se ejecutaron. Uno de los casos emblemáticos es el de la planta potabilizadora de Rivadavia Banda Sur, la misma contaba con un presupuesto de $3.000.000,00 y prevé la instalación de 1800 conexiones domiciliarias y 41 mil metros de redes de agua. Actualmente figura como una obra en ejecución y se habla de un avance del 61%, pero en la realidad  la obra tiene un avance nulo.

En 2018 se realizó una investigación de profesionales de la UNSa que alertaba sobre la situación que se vivía en el municipio de Santa Victoria Este. El informe hablaba de que los menores no consumían las proteínas adecuadas, tampoco hidratos de carbono y lípidos o grasas. Un 80% de los niños de Santa Victoria no puede cumplir con las necesidades de Calcio y un 92% las de hierro. Respecto a los micronutrientes, su consumo también es también muy bajo y eso daña al aparato inmunológico.

A finales de febrero, el Senado de la Provincia aprobó por unanimidad una auditoría promovida por el dirigente del gremio de taxis, José Ibarra para que la Auditoría General investigue a dónde fueron a parar diez millones de pesos destinados por la gestión del ex gobernador Urtubey para la Fundación CONIN, y contó con el apoyo institucional del Obispado de Orán y de la Universidad Nacional de Salta.

Pero la situación es más antigua, El ex gobernador Urtubey aseguró en una entrevista reciente, que los niños que fallecen en el norte, “son casi la mitad que eran cuando yo llegué a ser gobierno”. El anterior fue Juan Carlos Romero, quien fuera 12 años gobernador de la provincia y actual senador nacional por Salta y unos de los principales responsables de la destrucción del norte salteño. En resumida cuenta, pero en una expresión muy precisa como descripción, se puede asegurar que tras 24 años de gobierno peronistas, tenemos en el norte salteño un paisaje, según la ONU, similar a la peor región de África.  Nunca se investigó y nadie terminó preso.

Simplicio son momentos difíciles debido a las inundaciones y las muertes de niños…

Con las inundaciones hemos tenido problema. Incluso, hemos perdido todo lo que nosotros teníamos: gallinas, chanchos, llámese siembra. No es mucho, pero era para el consumo. Todas esas cosas nosotros veníamos perdiendo. Hay una parte donde se han desmontado 20 mil hectáreas. Y las 20 mil hectáreas, como son empresarios, el agua empezaba a canalizar y se va a las comunidades indígenas.

Tengo entendido que hay denuncias con respecto a la contaminación del agua…

Imagínate; estamos hablando de 20 mil hectáreas, son cinco aviones que pueden demorar  más o menos 20 días o 30 días para curar (fumigar). Y el agua pasa por las comunidades en la finca y está contaminada.

¿Ustedes hicieron denuncias con respecto a ese tema?

Nadie nos quiere tomar la denuncia. Cuando vamos a querer hacerla, nos piden un certificado médico. Y no lo tenemos.

Y tampoco hay un médico que les dé un certificado…

Claro. No. Nadie quiere arriesgarse.

¿Por eso se vinieron a Salta?

Claro. En estos casos yo siempre digo que nosotros venimos en son de paz. Porque nosotros tenemos a gente metidos en el Gobierno que nos representa como pueblos originarios o como organizaciones. Ellos presentan como entidades indígenas. La historia viene así; nosotros venimos para contar la realidad de lo que está pasando con los pueblos originarios.

Ustedes son una comunidad pero hay miles y están todos, como dice usted, con los mismos problemas…

Claro. O peores. Imagínate, yo soy el chillón como dicen, el problemático, y los que no chillan no tienen nada.

Imagínate que tomamos agua de cloacas y yo a lo mejor no voy a comprobar porque no tengo pruebas. El primero que vas a denunciar te pide certificado de un médico profesional. Estamos hablando de cloacas porque el agua esta tan bajita que está en la primera napa a 8 metros o 12 metros, que es arena nada más.

¿Cuantos vinieron a Salta?, ¿Quiénes los asistieron?

En general les han hecho a más o menos 44 personas. Una parte le agradezco en primer lugar a Nelda Pinto, que es dueña de la casa y nos dio un lugar para que nosotros estemos y podamos sentirnos cómodos. La llegada de nosotros era algo que nos dejaba en el campo, digamos en la vereda, en la calle. No sabíamos a donde estar. Y también mi agradecimiento es para una familia que vive en la calle San Martín y para la policía porque por ellos y a través de la señora es que estamos acá.

Ahora estamos contentos y no es porque hemos venido a hablar con este o con aquel, no se debe a eso. No quiero que se confundan. Estamos contentos por la señora.

Una gran ayuda…

Una gran ayuda. Estas ayudas yo creo que no hay. En realidad, yo también quiero dejar en claro que hay Caciques que se representan en donde ellos llevan los laureles, no la comunidad. Yo asumo y responsabilizo lo que yo digo que hay que tener mucho cuidado. Tampoco ir y hacer o recibir personas, a lo mejor, no quiero ser malo, pero es una advertencia que las donaciones que donan no llegan a la Comunidad.

¿Hubo mucha ayuda que no llegó?

Cantidad. Muchísimo. Aunque el Gobierno dice que si lo manda, bolsones, nos manda el salario universal, nos manda la tarjeta alimentaria. Pero eso para algunos. Los que no tienen hijos, por ejemplo en el caso mío, tengo changos grandes y no me corresponde.

A ustedes les dan una tarjeta alimentaria ¿Hay dónde comprar?

No hay.

¿Y cómo hacen?

Tenemos que viajar 27 kilómetros para traer la mercadería y volver. Y el dueño del negocio en Embarcación dice “bueno, yo te doy un gasto de $1500 y nos cobra $2000. Nos quita, no sé cuánto es lo que nos resta. Y tenes que pagar el pasaje para ir a volver y muchas veces no alcanza. Y las cosas están caras. Tenes que comprar pañales y te arrancan la cabeza; si no me equivoco esta entre $800 y $900. Acá en Salta es distinto, vos averiguas los precios. Es muy diferente. Le estuve diciendo a gente de acá que traten de ver, averiguar cuál es la posibilidad de buscar un comerciante cerca para que vayamos caminando a comprar.

Y que no les roben…

Claro. Y que no nos roben, que haya alguien que controle. Eso es lo que está pasando.

Tengo entendido que el gobierno de la provincia puso a su disposición el centro de Salud de Villa Chartas, que  fueron atendidos y revisados todos y que detectaron algunos chiquitos con problemas. ..

Claro. Con problemas graves. Esos chicos ya venían con problemas porque allá no tenemos médicos, enfermeros, agentes sanitarios, nada. Muchas veces la provincia manda un operativo, y el operativo sirve para esos ratos, pero no van a estar todos los días y cuando vuelven ya los chicos tienen esos problemas.

¿A cuántos chicos asistieron acá?

En total hay más o menos 24 chicos y 20 mayores.

¿Alguno está enfermo gravemente?

Creo que son tres a los que le detectaron la enfermedad. Pero nosotros hemos estado hablando con las madres porque el problema que nosotros tenemos, muchas veces allá cuando los chicos entran en un hospital salen muertos. Me dicen “¿Qué pasaría si sale en un cajoncito?”. Yo les digo que acá en Salta es distinto, no pasa como pasa allá. A lo mejor puede ocurrir porque es algo que nosotros no sabemos. Pero lamentablemente es algo que  uno teme. No es que uno tiene miedo al médico y todo eso. Porque incluso las mujeres y ese un tema que habría que charlar más a fondo, hablar con un profesional para no andar diciendo cosas que no hay que decir.

Uno de los grandes problemas que hay en toda esa zona es el tema del agua potable. No hay pozos para agua y dicen que muchos chicos se enferman por ese tema…

Claro. Imagínate que estamos tomando agua de cloacas. Los políticos, los dirigentes, hasta los mismos hermanos caciques, usted mismo capaz que entrevistó a algunos caciques o en las redes o en la televisión, en la prensa y dicen que nosotros tenemos agua, tenemos luz, que estamos bien. Pero en realidad, acá nadie tiene agua potable. No hay agua potable, no hay redes, no hay en el caso de nosotros que no tenemos las redes de agua. No hay nada y lamentablemente no higiene.

Otro de los temas que escuche hace poco, es el tema educación. No hay maestros bilingües, no tienen escuelas. ¿Qué es lo que sucede?

El tema que yo le estaba planteando a la gente de la educación, es que los problemas de nosotros vendría a ser muy lamentable porque es como yo digo: en esa parte, si llegamos en eso, tanto en la salud, educación, desarrollo social, lamentablemente no hay una respuesta positiva.

El tema de la alimentación, de la desnutrición. ¿Lo están viviendo en su grupo?

Claro. Si lo tenemos, bastante.

¿Desde hace mucho que están con el problema alimentario y agua?

Y muchísimo tiempo, desde hace años. Se debe al agua, porque te duele el estómago, porque tomas agua caliente. Son calientes, aguas paradas que  tienen muchos bichitos con cabeza grande y atrás con cola chiquita. Muchas veces no sabes y de noche podes ir y tomar. Entonces mucha gente que se cuidan, raros son, porque lamentablemente ahí hay que cuidarse. Uno tiene que hervir el agua, poner el vasito y con eso se mantiene digamos.

¿Consiguieron maestros bilingües?

No, me dijeron que es imposible porque el Estado no cuenta con fondos para los maestros, ni para profesores. Dijeron que no hay.

¿No hay maestros o no hay plata?

No hay plata. En realidad hay maestros, los chicos han estudiado para profesores, maestros bilingües, enfermeros, para doctores profesionales, pero no hay plata para decir “bueno, usted va a trabajar”. No hay.

¿Hay enfermeros o agentes sanitarios en la zona?

El tema del enfermero no hay. Muchas veces mandan de Orán o Embarcación a atender dos o cuatro horas y se van y lamentablemente no hay remedios. No hay ambulancias. Hay gente que perdió la vida porque además de todo, cuando una mujer está embarazada y está a punto de tener el hijo, no puede estar mucho tiempo y no hay gente que en este caso el Estado dice que no lo puede tener en la casa. Se llama al 911 y tarda 3 horas en llegar por el camino. Así que muchas veces pierde la vida la persona. Muchas veces muere la madre o el hijo en el camino por la cantidad de horas.

¿En caso de emergencia tienen algo cerca aparte del Hospital de Embarcación?

No. No hay. Hay hospitales pero no hay enfermeros, no hay médicos, no hay nada.

O sea que tienen una situación bastante complicada…

Complicada. Muy complicado el tema.

Ahora ustedes están volviendo al norte, a Padre Lozano. ¿Cómo están? ¿Saben si bajaron las aguas, si bajó el río? ¿Qué les quedó?

El río creo que se está bajando, pero todo depende de acá de arriba. Si de arriba llueve mucho, lamentablemente vamos a volver a tener inundaciones.

A  finales de febrero, principio de marzo llega el punto máximo de crecida…

Claro. Toda la vida.

Ustedes están volviendo a su comunidad, ¿Después que van a hacer? ¿Van a hacer alguna presentación allá?

Nosotros ahora vamos con este objetivo porque ya hemos hablado con la gente que teníamos que hablar y vamos a ver qué decisión vamos a tomar.

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