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MecheloJokerrazgado

“En la calle está todo lo bueno y todo lo malo del ser humano”

Comenzó a actuar en las calles de Salta, bailaba en realidad. Con un grabador imitaba los pasos de Michael Jackson, quizás de allí le vino su nombre artístico, “Michelo”. Sea vestido de robot de luces o con el pelo verde, sus videos en Tik – Tok y Youtube, generaron un verdadero vendaval por sus denuncias. Ahora y medio una campaña electoral, sus discursos encendidos, tienen como destinatarios a los políticos y funcionarios, algo que le generó decenas problemas.
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Cartas documentos, persecución y amenazas comenzaron a ocupar gran parte de su día. La campaña por agua de calidad para Salta, junto a Natalia Saravia, desató una ola de apoyo de la población afectada por el mal servicio de la empresa y la ira de los directivos de la prestataria Aguas del Norte.

Enfundado en su traje de robot de luces, Michelo actúa en las calles, miles de chicos y jóvenes lo siguen y es sin dudas el salteño con mayor presencia en las redes. En la actualidad cuenta con más 26 millones de seguidores en Tik-Tok y más de dos millones Youtube. Cada vez que sube un video sus visualizaciones alcanzan cifras increíbles.

“En la calle está todo lo bueno y todo lo malo del ser humano” - Revista Salvador

“Ya me pasó en el pasado, me podrí de mi vida: estudié para estar mejor y no fue así, trabajé para estar mejor y no fue así. Era infeliz, perseguí mi sueño como artista callejero renunciando a todo, colgué el título, dejé mi trabajo en blanco y fui a bailar a las calles de Salta. Por primera vez en mi vida me sentí feliz, haciendo lo que me gusta, aunque pobre y rechazado por todo el mundo por ser un callejero”.

Fuiste y sos principalmente un artista callejero…

Mira, pasé de ser clase media a ser pobre y quería hacer algo. Salí con la mochilita y mis sueños, pero mi felicidad se cortó a las horas, cuando vino la Municipalidad y me pidieron un permiso, fui a pedir el permiso a Cultura y a todos los lugares que me mandaron y ese permiso no existía, o sea que me estaban corriendo por hacer arte callejero, por bailar. De ahí llegué a un punto que exploté, porque hice todo bien, todo correcto, todo lo que me dijeron y no funcionó nada.

Pero igual estabas actuando en la calle…

 ¿Y qué otra cosa podía hacer? Cuando vino la policía, le dije “de acá no me voy porque estoy trabajando, estoy bailando. Vayan y saquen a los delincuentes primero y después me sacan a mí”, y seguí bailando. Ahí la policía me vino a atropellar, yo era el Michael Jackson. Yo peleé con la policía para bailar, porque creía que era justo. Había un grupo de turistas que me vinieron a apoyar y los corrieron.

¿Y hoy?

Hoy se repite la misma historia. Yo estoy feliz, disfrutando de mi éxito, que tanto me costó conseguir; tengo una hernia discal, tengo varices en las piernas de tanto bailar en la calle, estoy hecho mierda físicamente, pero sigo para adelante.

Al sistema el espíritu del artista callejero no le importó nada y ahora vuelven a mí, pero ya con millones de seguidores, con alcance y esto no puede quedar así, yo no lo puedo permitir.

“En la calle está todo lo bueno y todo lo malo del ser humano” - Revista Salvador

¿Cómo desencadenó tu lucha por el agua potable?

Un día vino una mamá soltera, trabajadora, que vende bebidas a quejarse por la mala calidad del agua potable de Salta y en vez de solucionarlo, el Estado le cae encima con todo el peso que tiene.

¿Te réferis a Natalia Saravia y sus denuncias contra Aguas del Norte?

Si, y no me podía quedar de brazos cruzados, porque yo lo sufrí en carne propia y es horrible e injusto.

Siempre te referís a “la revolución del agua”. ¿No sería “la guerra por el agua”?

Es la guerra por el agua. Los poderosos queriendo sacarnos hasta el agua, la salud, todo. Y no podemos quedarnos de brazos cruzados. En una reunión dijimos “esto es una guerra por el agua, sin el agua nos morimos. Vida o muerte” y hay que ver de que lado se ponen. El que se hace el tonto, el que se va del país, listo. Pero el que ve esta realidad y la sufre, tiene que hacer algo y por lo que vimos, por las buenas no se consigue nada. Eso lo digo yo. Fuimos al Ente Regulador, a los medios, hicimos denuncias y no sirve de nada, no sirve un carajo. Si el pueblo no se para ahora, se van a quedar sin agua.

Pasaste de ser un actor callejero a un referente en las redes, ¿Cómo sucedió eso?

Cuando vino la pandemia no pude trabajar mas de artista callejero y creo que en tres meses recibí $8000 nada más. No sabía cómo mierda iba a vivir, no sabia como iba a comer, estaba encerrado, se cayó todo mi mundo. Encima estaba afuera de Salta, ni siquiera me podía quedar en la casa de algún familiar, nada.

¿Dónde estabas?

Estaba en Neuquén. Tenia un celular que me había regalado mi hermano, porque ni siquiera tenía plata para comprarme un celular y con la cámara trasera empiezo a grabar, porque no sabia que más hacer, y después de hacer 40 videos, uno tuvo 20 mil visitas y dije “bueno, hay una luz en la oscuridad”. Empecé a meterle, a crecer. Me dediqué a trabajar duro en los videos hasta que un día me pagaron 300 dólares, pude cambiar el celular, juntar plata para volver… y así comenzó esta historia.

¿Sobre que basaba tu historia? ¿Qué era lo que llamaba la atención de tus videos?

El robot. El robot me sacó de la pobreza. Yo cuando trabajaba en la calle pensé “tengo que hacer algo para juntar más gente”, porque mientras mas gente juntaba, la policía tenía más problemas para sacarme. Todos los días pensaba como podía llegar a llamar más la atención y bueno, lo fui armando en un hostal, con tutoriales y con la poca plata que ganaba. Iba comprando de a poco las cosas, a veces me equivocaba y hasta que un día terminé el traje. El primer show callejero cortó la calle de la cantidad de gente que se juntó. Ese día me sentí tan feliz. Pero básicamente el traje led me hizo ganar plata de la calle y salir de la calle. 

Ese traje led te abrió las puertas de todos lados, pero fuiste mutando a un personaje que denuncia. ¿Cómo se te ocurrió hacer el cambio?

No es que se me ocurrieron o las planee. Fue por el tema del agua. Llegó el problema a mi celular, porque estoy todo el día en el celular consumiendo contenido para ver qué más puedo hacer, y me llegó esa imagen impactante de Natalia. Una pobre chica, mamá con una guerra desigual, y sentí que tenia que hacer lo correcto: estar del lado de los que no hacen nada y son cómplices o estoy del lado de gente que persigue la verdad y lucha por lo justo y me metí ahí sin pensar dos veces. Mi corazón me dijo “metete”, estás reclamando lo legitimo, algo que yo sufro y que mi familia también se enferma por tomar el agua. Hay gente que se agarra salmonella solamente porque se cepilla los dientes, es una cosa de locos.

¿Vos sabes que hay chicos que se identifican mucho con vos?

Si. Hay mucha gente que me escribe cosas, que quieren ser como yo y no sé qué más. Yo simplemente busque sobrevivir, nada mas

¿Y no crees que es una responsabilidad grande?

No, yo siempre lo aclaro, no soy ejemplo de nadie. Yo simplemente soy yo, tengo mis defectos, no sé si soy bueno o malo, pero lo que ven es lo que soy.

No estás vendiendo una figura…

No estoy vendiendo nada, por eso me dicen payaso, y sí. No me da vergüenza y lo digo con orgullo soy un payaso. No cagué a nadie, no corrompí a nadie. Soy artista, hago payasadas, boludeces.

¿Estás más cómodo en la calle o en el living de tu casa?

En la calle me siento más cómodo. En la calle me siento libre y en mi casa prisionero.

Por ahí te veo que estás en la calle y tenes una cara, cuando transmitís desde tu casa tenes otra…

Si, pasa que la casa es como la jaula. Uno sale a la calle y ve un montón de cosas, niños vendiendo que son alquilados, ves la realidad. En la casa ves los que los medios quieren que veas y en la calle la realidad cruda, tal cual es.

¿Qué te dejó la calle? ¿Qué aprendiste?

Lo primero que uno ve, es todos los crímenes que todos ven, pero que nadie dice nada. Por ejemplo, esos niños que andan vendiendo, ¿se preguntaron si están con el papá o están siendo alquilados? Y la policía los ve, los ven los inspectores y hay un montón de cosas que nosotros hacemos la vista gorda. En la calle la realidad es cruda, en la calle se sabe que no importa que seas un delincuente, mientras vos le pagues a quienes te tienen que supervisar, está todo bien y podes hacer lo que sea, lo que se te ocurra.

¿No te quiebra esa realidad?

Si. Y estuve así mucho tiempo. Por eso siempre que pude desde mi lugar ayudar y aportar en algo, lo hice. Pero no me puedo hacer el desentendido de que todo funciona como nos dicen que funciona. Para mi todo es una ilusión, que parece que funciona, pero si uno entra un poquito, se da cuenta que se baja un poquito el rio y se ve toda la mierda.

Pero también encontraste cosas buenas en las calles. ¿Viste actos de bondad?

Si. En la calle está todo lo bueno y lo malo y bien crudo. En la calle experimenté por primera vez lo que es hacer justicia, que fue correr a las autoridades, las pude sacar siendo un don nadie. La gente unida puede hacer cosas que no se imagina; o sea, un grupo de 30 o 40 personas que dicen “che, déjalo bailar al pibe”, lo sacan a la mierda a los policías. Me acuerdo que había un viejito que les gritaba “me estoy por morir, tengo cáncer y te voy a cagar a piñas si no te vas de acá” y empieza una revolución. Yo experimenté la revolución en la calle. Cuando un grupo de personas quiere algo, quiere lo mismo y es legítimo, no hay autoridad ni arma que lo pueda detener. En la calle está la gente que te ayuda sin interés. Hoy en día es distinto, se que hay muchas personas que me buscan por interés, pero en la calle yo no tenia nada que dar y había gente buena. Existe la gente buena, lo malo de la gente que yo aprendí es que no tiene coraje, se dejan aplastar por los malos, los mas hijos de puta son los mas corajudos. 

O juegan con las reglas establecidas…

Claro. Las reglas establecidas no sirven. Si yo seguía las reglas establecidas, no estaría acá.

¿Cuándo empezaste a viajar?

Por todos los problemas que tenia acá, que era una lucha constante con las autoridades, me tuve que ir porque era muy duro para mi familia ver un chico con estudios y todas las posibilidades estar callejeando. A mi madre se le partía el corazón, lloraba y eso me dolía mucho. Me tuve que ir por eso.

Empecé a divagar y terminé en Merlo, San Luis y la gente me recibió muy bien. Todo el cariño que no tenia de parte de mi familia por ser callejero, ahí lo tuve. Vino el dueño del hotel y me dijo “mira, te dejo la puerta del hotel para que hagas tu show”, y se juntó un montón de gente, me puse de novio, o sea, viví tranquilo la verdad. Un lugar tranquilo y pacífico. En temporada trabajaba y me iba muy bien como callejero.

Pero te fuiste…

Después tuve un problema parecido al que me pasa en Salta. Comencé a denunciar algunas cosas y me tuve que ir. Un día me enfermo, voy al hospital y me hacen un mal diagnóstico, me dicen que era infección urinaria. Pasaron los días y se me hizo peritonitis, casi me muero, estuve un mes y me sacaron todas las tripas, un montón de medicamentos y se me reventó el hígado. Pude sobrevivir a eso, pero por contarlo, me corrieron de Merlo porque el tipo poderoso este tenía relación con los Rodríguez Saa y bueno, ahí fue mi segunda injusticia en la vida. Me tuve que ir.

¿Qué edad tenes y cómo te imaginas en 10 años?

31 años. No tengo idea la verdad; como que hay veces que pienso que mañana me matan, entonces digo que no se si tengo muchas expectativas, quiero vivir, que quede claro. Estoy feliz, pero veo que es tanta la gente oscura, tanta la corrupción que no se que son capaces de hacer.

“En la calle está todo lo bueno y todo lo malo del ser humano” - Revista Salvador

No te veo con ganas de morir, porque veo que tenes muchos proyectos…

Por eso digo, no me voy a matar, ni a tener un accidente a propósito, nada. Tengo ganas de vivir, soy muy feliz cumplí mi sueño y lo estoy viviendo, pero no lo puedo disfrutar porque no tengo agua ¿me entendes?

¿Cuántos seguidores tenes?

26.5 millones en TikTok; 1.8 millón en YouTube y en Instagram que no subo mucho porque la verdad que no gano nada, empecé a subir estos contenidos de la realidad, políticos y ahí tengo no se si 200 mil.

¿Vos sabes que sos el salteño más conocido actualmente?

No tengo ni idea la verdad. 

No hay nadie que tenga ese nivel de exposición diaria. No existe…

En TikTok puede ser. En Instagram seguro hay gente que tiene mas seguidores que yo.

Entonces vos te das cuenta que tenes un poder gigantesco, ¿eso no asusta mucho?

Ahora me di cuenta. Una pérdida de agua que tenía 15 años la arreglaron en dos días. La generación cambió y el mundo digital es el que reina. A los medios tradicionales no los lee nadie, cada día tienen menos lectores o seguidores.

Yo tengo un nuevo sueño ahora. Antes mi sueño era triunfar como artista y no me siento feliz. Mi nuevo sueño es sacarle todo el poder a los políticos, que sean simples administradores de consorcio. Si no cumplen, una patada en el orto como a cualquier empleado le hacen. Yo voy a un lugar municipal o al gobierno y son 40 mil personas y nadie me atiende. 

¿Siempre tuviste el mismo suelo?

Te cuento que antes de todo esto, yo era carnicero y este era mi sueño, y esperaba algún día poder hacer videos. Es pura pasión, soy artista y me encanta. Me hubiera gustado seguir esa fase artística, siento que hice mucho, empecé de grande y no estudie arte, no estudie nada, me mande a la calle nomas. Ahora esa pasión cambio, quiero ver agua y cuando vuelva a ver agua creo que puedo seguir mi camino tranquilo.

¿Lo jubilaste al robot?

No, sigue. Una vez, paseando en el parque, me agarra la policía y notifica al robot…

Increíble, es la primera notificación a un robot en la historia…

Si.  Tengo el video todavía. Todo eso fue porque entré a un parque público, el Parque Sur, y querían que apague la cámara y me fueron a buscar policías. Y bueno, al robot lo querían meter preso. Desconozco un parque publico que no te de permiso, eso es censura. Igual lo hice, pero para evitar problemas, me fui. Los mismos niños hacían piquetes y cantaban “que se vayan”, pasa que para ellos soy como Piñon Fijo. Salgo del parque y me vuelve a parar la policía, como estaba transmitiendo en vivo y ya había legado a 11 mil visualizaciones, recibieron un llamado y se fueron.

El robot sigue generando polémicas…

Si, pero yo no la busco, viene a mí.

Todo el mundo lo conoce como el robot, ¿tiene nombre?

Michelo, que también es mi nombre artístico. Tengo un cuadro que me regalaron los veteranos de Malvinas por el servicio que presté a la comunidad, o sea, esto es un orgullo de llamarme Michelo y no me da vergüenza. Gracias a Dios no tengo un apellido manchado como el de algunos delincuentes y corruptos. Yo por apellido no tengo nada, es todo por merito propio.

Tenes un personaje favorito que es el Jocker, ¿por qué?

Lo amo, me siento identificado con él. Es un artista, un payaso que sufre, que intenta hacer bien, ayudar, pero a cambio recibe golpes, patadas, humillaciones. Yo soy bueno o intento serlo, pero llega un punto en que ya ser bueno no conseguís nada, a veces tenes que crear un caos para conseguir las cosas porque siendo buenito… hay que ser bueno, pero hay que estar dispuesto a luchar porque cuando ves que el mundo se va a la mierda y nadie cumple la función que tiene que cumplir, ahí uno está habilitado a ser un Jocker, porque es consecuencia de la sociedad. Yo soy bueno, pero me hicieron y me hacen tantas cosas, que quien sabe como termina todo esto.

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Director

Eduardo Huaity González

Salvador® es una publicación de
Editorial ABC S.R.L.
Gral Güemes 1717
Salta, Argentina