El 22 de mayo de 1962, una formación de aviones de la Armada Argentina se toparon con un grupo de OVNIS, a pocos kilómetros de la ciudad de Bahía Blanca. El hecho fue conocido en su momento, pero los detalles no, ahora con la desclasificación de archivos se conocieron los hechos al detalle.
El hecho que relatamos ocurrió el 22 de mayo de 1962, cuando una formación de aviones de combate de la Armada que volaba cerca de la base aeronaval Comandante Espora, a pocos kilómetros de Bahía Blanca, observó a varios objetos no identificados durante aproximadamente 35 minutos en vuelos rasantes cerca de los aviones, que estaban al mando del teniente instructor Galdós.
Uno de los pilotos, Eduardo Figueroa vio un objeto anaranjado que se movía con un rumbo oscilante debajo del horizonte del avión. Intentó perseguirlo, pero se le escabulló a gran velocidad, siendo imposible ponerse ni siquiera cerca.
Otro piloto, Roberto Wilkinson, volando a cuatro mil pies, informó que su carlinga fue súbitamente iluminada por una potente luz proveniente detrás del avión.
Un Ovni luminoso pasó entonces por debajo del avión, perdiéndose de vista sobre las luces de la ciudad. Llamó la atención que durante el avistaje, la radio del avión dejó de funcionar. En tanto la torre de control preguntaba al comandante de la escuadrilla si veía algo en el cielo. El interpelado contestó que veía un disco u objeto luminoso circular, de color anaranjado y de gran diámetro que no pudo calcular, a unos treinta grados sobre la ciudad de Bahía Blanca. El objeto entonces cambió de dirección y se dirigió hacia el sur.
Poco después, el 2 de noviembre de 1963, desde la popa del transporte ARA Punta Médano, fue vista una enorme aeronave que no pudo ser identificada. El inmenso objeto era redondeado y se movía a gran velocidad, no mostraba luces de posición ni emitía sonido alguno. Cuando apareció la máquina desconocida, las agujas de los compases magnéticos del buque se desviaron súbita y simultáneamente, apuntando hacia la extraña máquina. La energía que causó esta interferencia electromagnética viene a confirmar que se trataba de un Ovni con un poderoso campo electromagnético, por la distancia a que se hallaba. Según el informe de la Armada Argentina, se encontraba a unos 1.500 metros de barco.
Cuando el Ovni desapareció y los compases volvieron a su posición normal, el comandante del transporte se comunicó con el Comandante en Jefe de la Marina de Guerra. Este se mostró preocupado, al punto que ordenó al Servicio Hidrográfico que efectuase una identificación a fondo del tema. La nave se encontraba navegando frente a Bahía Blanca cuando ocurrió el hecho.