Según el EMBI que publica J.P.Morgan, el spread argentino por sobre los bonos del Tesoro de EEUU cayó 39%, contra solo 13% en el conjunto de los mercados emergentes
El riesgo país de Argentina se contrajo 745 pbs (puntos básicos) en los últimos cuatro meses, pasando de 1.888 a 1.143 pbs en el período, de acuerdo a la medición que realiza J.P.Morgan. Este escenario influyó en la contracción de los índices agregados de mercados emergentes, a pesar de que la participación de Argentina en estos índices sigue siendo menor.
Desde la consultora Quantum hicieron un análisis de lo ocurrido en el sector financiero a nivel global y explicaron el impacto que la baja del riesgo país argentino está teniendo en los mercados.
En un primer punto, explicaron que la tasa libre de riesgo de UST10 (bono americano a diez años) pasó de 3,8% a 4,6% anual, con lo que registró un aumento de 80 pbs (puntos básicos) entre el mínimo del 27 de diciembre pasado y el 22 de abril de este año. “Sin embargo, aún está en niveles inferiores a los de octubre de 2023, cuando se registró alrededor del 5% anual”, aclararon.
A diferencia de fines del año pasado, cuando la visión más difundida en el mercado era que la Reserva Federal de Estados Unidos comenzaría con el recorte de tasas más temprano que tarde (numerosos analistas esperaban hasta 3-4 bajas en 2024), el contexto actual es de mayor incertidumbre, producto de que la inflación de los Estados Unidos no disminuye con la velocidad prevista por varios. “Como consecuencia, no sólo ya no se habla de alguna secuencia de repetidas bajas de tasas en 2024 sino que se escuchan determinadas voces que anticipan la posibilidad de alguna suba, aunque a esto se le asigna baja probabilidad de ocurrencia”, explicaron desde Quantum.
“Observamos que los spreads de créditos emergentes se redujeron en el mismo período que aumentó la tasa libre de riesgo. Lo mismo ocurrió con los márgenes de la deuda corporativa de Estados Unidos, tanto high yield (HY) como investment grade (IG)”, agregaron desde la consultada presidida por Daniel Marx.
Lo cierto es que la suba de 80 pbs del UST10 fue acompañada de una baja en los spreads de la deuda soberana emergente en general (EMBI+) de 44 pbs, con una caída algo mayor en los países de América Latina, de 56 pbs. (EMBI+ Latam).
Como Argentina forma parte del índice, la fuerte reducción de su riesgo país influyó en la contracción de los índices agregados, pese a que su participación en la conformación del índice sigue siendo menor. El riesgo país de Argentina se contrajo 745 pbs, pasando de 1.888 pbs a 1.143 pbs en el período, siguiendo una pauta histórica donde el comportamiento particular influye más que los movimientos de la categoría de países emergentes. En términos relativos, el riesgo país de Argentina bajó el 39% contra caídas del 13-15% del EMBI + y el EMBI+Latam. Dicho de otra forma, el riesgo país de la Argentina cayó el triple que el del resto de los mercados emergentes.
A su vez, los spreads de la deuda emergente cayeron relativamente más que los de la deuda HY de EEUU (13% contra 4% respectivamente). Esas son dos categorías de crédito que usualmente se comparan para definir composiciones de portafolio de mayor riesgo.
De hecho, se observa que el spread entre Mercado Emergentes y deuda HY ha estado cayendo en forma continua desde fines de enero de 24. Tanto los diferenciales del EMBI+ como el del EMBI+ Latam respecto de la deuda HY caen desde los máximos en ese momento, con valores levemente positivos en el caso del EMBI+ Latam, a -42 pbs en la actualidad y de niveles de -30 a -75 pbs en el caso de emergentes en general (EMBI+).
“Con tasas estables alrededor de los niveles actuales, durante un tiempo más prolongado que el anticipado, podría cuestionarse la estrategia de diversificación y búsqueda de rendimientos más altos en activos de mayor riesgo. De todos modos, al menos hasta ahora, la visión prevaleciente en el mercado es que, aunque con demora, el escenario más probable es el de baja de las tasas de interés y los spreads de las categorías de mayor riesgo relativo regresen a niveles más compatibles con los promedios históricos, aunque corregidos por variaciones en las percepciones de riesgo crediticio según sus fundamentales”, sostuvieron los analistas.