El número mostró el resultado de la devaluación y terminó siendo utilizado como argumento para criticar a Milei. Especialistas señalaron inconsistencias técnicas en su elaboración. La manipulación de los datos fue una constante durante la campaña electoral de 2019 para favorecer al kirchnerismo.
La UCA ya había falseado datos durante la campaña presidencial de 2019, inflando los datos de pobreza para perjudicar el gobierno de Mauricio Macri, que busca su reelección; meses después y luego que Alberto Fernández ganara las elecciones, reconoció “el error”.
El último informe “Argentina (2004-2023): un régimen inflacionario crónico de empobrecimiento y asistencia social”, que difundió un impactante 57,4% en enero, el peor resultado en 20 años, generó una enorme controversia por varios aspectos que llamaron la atención de los dirigentes políticos y de los expertos. Primero que se trató de una medición que presentó el dato de un solo mes, que coincide con el momento más crítico de la devaluación y el inevitable fogonazo inflacionario, y después que su difusión sirvió de munición para la batalla política en contra del actual gobierno.
Es una polémica que reinstaló un pormenorizado informe que publicó Hernán Iglesias Illia en su revista digital Seúl. El texto tiene la singularidad de estar escrito por alguien en quien coinciden múltiples condiciones: periodista, escritor, experto en comunicación y, también, ex funcionario de Cambiemos. En su nota de domingo “La fábrica de pobres”, el autor advierte: “Hay que dejar de darles tanta importancia a los informes sobre pobreza de la UCA. Son oportunistas, poco consistentes y, desde la recuperación del Indec, innecesarios”.
Iglesias Illia admitió que preparó su reportaje un poco irritado luego de leer en la tapa de un diario el 57%. Cristina Kirchner diría “en letras de molde”. La ex vicepresidenta mencionó en su cuenta de X la investigación de la UCA como un nuevo oráculo, pese a que cuando estaba en la Casa Rosada la criticaba por considerarla poco seria. “Se me ocurrió hacer la nota después de ver el documento de la UCA, las entrevistas que dio Agustín Salvia, y las dudas que me llegaban de los expertos. Cuando vi el tema en la tapa del diario, dije ‘acá hay algo para contar’. Sobre una metodología dudosa, está el oportunismo en hacer estos informes. ¿Por qué los hacen en ciertos momentos y en ciertos no?”.
El ex subsecretario de Comunicación Estratégica de Jefatura de Gabinete de Macri habla con conocimiento de causa. “Sufrió” en carne propia en dos momentos concretos el impacto político de estos informes. “En abril de 2016 difundieron un informe terrible que no lo esperábamos. La UCA nunca había hecho esto de dar un informe sobre pobreza de algo que había pasado en dos o tres meses. Difundieron datos sobre el impacto que tuvo salir del cepo. Iba a ser inevitable que tuviera un aumento de la pobreza por el salto de la inflación. Fue algo innecesario porque el Indec había estado intervenido y no había una base sobre la que comparar. Estábamos arreglando el Indec y salieron con esto. Encima, después en 2016, la pobreza bajó”.
Y el segundo informe ad hoc de pobreza, recuerda Iglesias Illia, se difundió el mismo día en que Macri dio la última cadena nacional de su gobierno. “Fue en diciembre de 2019. Trabajamos mucho para mostrar lo que para nosotros era un legado, que tenía cosas valiosas y otras que no se habían podido concretar, y por eso habíamos perdido la elección. El dato de pobreza lo dieron justo antes, con un cálculo fuera de calendario, hecho a las apuradas, con un número que después corrigieron a la baja. Los titulares decían que Macri se iba con una pobreza del 41%, cuando en realidad fue del 35%. Quedó instalado un dato que no fue cierto”.
Pero los argumentos de Iglesias Illia se superponen con otros del último ministro de Economía de Macri, Hernán Lacunza. En la comparación entre el dato que dio la UCA y el que ofreció el Indec, el ex ministro advirtió que “coinciden durante Néstor Kirchner; empiezan a divergir durante el primer gobierno de Cristina Kirchner; mientras que la UCA subestima pobreza durante el segundo mandato -en base de datos del Indec estimado por IPC CABA y San Luis-; mientras que la UCA sobreestima durante Mauricio Macri y Alberto Fernández; y volverá a sobreestimar con Milei en 2024″. Y agregó que “además decide publicar mensualmente”. Esta última es una de las anomalías que más llamaron la atención de todos.
En las redes, Lacunza se cruzó con Juan Grabois y brindó su punto de vista sobre los datos. “Los resultados de UCA se muestran menos robustos que los de Indec, en parte porque usa una muestra mucho más chica (6.000 hogares vs 25.000; 20 aglomerados vs 28), solo releva para tercer trimestre y proyecta resto del año actualizando ingresos y canastas (Indec 4 ondas por año), cambió dos veces de metodología y desde el último cambio (2016) parece capturar ingresos más bajos y pobreza más alta (hasta 2015 subestimaba, desde 2016 sobreestima al Indec)”.
En esa línea, el ex ministro advirtió que “nadie puede estar orgulloso de los últimos 20 años de pobreza, pero forzar los datos no ayuda a entender y buscar soluciones” y mencionó como cuestiones pendientes que “no se sabe bien cuánto aumentó la pobreza entre 2015 y 2019, porque el Indec 2015 mentía que era 4%”. “La lectura prematura de enero 2024 (dato UCA nunca consistente, del Indec será menor) tiene un problema más grave: confunde correlación con causalidad, desconoce pobreza oculta por dólar oficial artificial y brecha de 150%, tarifas energía y transporte al 15% de los costos, planes platita electorales financiados con inflación futura y reprimida con precios cuidados para la tribuna, entre otras ficciones para esconder pobreza”.
Y acá es cuando entran las definiciones de los “técnicos” y expertos que investigan, miden y analizan las tendencias, las causas y los efectos de la pobreza. Leopoldo Tornarolli, investigador senior del Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (CEDLAS) de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP); y Nicolás Ajzenman, profesor McGill University, en Canadá, creador del newsletter “Esto no es economía” y autor de “La ciencia de los detalles” (Paidós).
Ambos tienen opiniones similares a la de Martín González-Rozada, econometrista y director del Centro de Investigación en Finanzas de la Universidad Torcuato Di Tella, que en su cuenta de X publicó la semana pasada. “¿Es posible que la pobreza haya alcanzado el 57% en enero como informa la UCA? Sí, es posible, aunque en mi opinión, es muy poco probable (al menos comparando con la medición oficial)”.
“La UCA utiliza su propia encuesta de hogares que releva durante el tercer trimestre de cada año. La tasa de pobreza del 3er trimestre de 2023 le dio 44,7%. Usando los microdatos de la Encuesta Permanente de Hogares del INDEC para el mismo trimestre la tasa de pobreza es de alrededor del 38.5% (…) En general la tasa de pobreza de la UCA siempre es mayor a la tasa de pobreza oficial. En el 3er trimestre de 2023 esta diferencia es de más de 6 puntos porcentuales. Como se usan las canastas oficiales, la encuesta de la UCA parece capturar ingresos más bajos a los de la EPH”, indicó.
Por su parte, Tornarolli dijo que más allá de los datos que difundió el Observatorio de la Deuda Social “nunca vamos a saber cuál fue la pobreza de enero”, ya que los datos que difunde el Indec surgen de encuestas que se realizan en un plazo de tres meses. “Si bien el Indec tiene mediciones para todo el año, las presenta en forma semestral” y no se puede determinar qué encuesta se realizó en qué mes.
Además, el experto del CEDLAS advirtió que el número del 57% “es irrelevante en sí mismo, porque lo que importa es la evolución; sabemos que la pobreza venía creciendo, y seguro se aceleró en diciembre y enero”. “Ese 57% no se puede confundir con el número que da Indec porque la UCA siempre da 5 o 6 puntos por encima de lo que le da a el organismo estatal”, consideró.
Y agregó: “El último número oficial que se dio es el del primer semestre del 2023, que fue 40,1%. Estimo que la pobreza en el semestre intermedio -que va de abril a septiembre- se mantuvo en el 40%. Posiblemente se haya registrado un salto en el semestre final, entre julio a diciembre, pero en el promedio del período no va a dar mucho más del 42%. El tercer trimestre del 2023, con los datos del Indec, me da 38,5 y a la UCA le da 44,6, ya le da 6 punto más. Cuando el Indec informe el número de pobreza del primer semestre, la tasa no creo que llegue a 57%, ni siquiera en el primer trimestre, que se espera que sea el salto más grande. Como mucho dará en 50%”.
Por último, Ajzenman tiene la singularidad de declararse “orgulloso hater” del índice de pobreza de la UCA. Y en diálogo con este medio explicó por qué: “Más que nada porque no le veo ninguna utilidad. Hay un organismo confiable que mide la pobreza regularmente. El índice de la UCA tiene desventajas y no tiene ninguna ventaja. La tenía cuando estaba intervenido el Indec, pero hoy no tiene razón de ser”.
“No necesariamente está mal hacer un ejercicio de predicción de pobreza, tal como lo hace Rozada con su nowcast de pobreza o incluso, Tornarolli. Pero una cosa es una proyección del índice y en función de estos supuestos decir ‘creo que la pobreza puede ir a tal lugar, con un intervalo de confianza de Y’, y otra cosa es sacar un índice propio que hace suponer al lector que es comparable con el del Indec y no lo es”, agregó.
Finalmente, advirtió: “Tal vez sea comparable con sí mismo (bajo ciertos supuestos bastante controversiales), pero definitivamente no lo es contra el del Indec, empezando porque la metodología es distinta. Para qué lo hacen la verdad no lo sé. Imaginó que les da difusión y eso les sirve. Pero veo lo que producen y me parece poco serio”.