Los manifestantes están frente al Comando Radioeléctrico y exigen una nueva oferta de aumento salarial. Se sumaron diversos sectores, pero la vida comercial sigue sin ningún tipo de inconvenientes.
“Estamos esperando que nos llamen. Todavía no hay nada”, dijo a Infobae Germán Palavecino, uno de los voceros de los policías acantonados frente al Comando Radioeléctrico en la capital de la provincia.
Las conversaciones entre la administración de Hugo Passalaqcua y los uniformados que protestan desde el viernes quedó cortada ayer, cuando la propuesta oficial de aumentar a algo más de 400 mil pesos el sueldo inicial del agente fue rechazada de plano. Los uniformados cortaron las conversaciones, molestos por el ofrecimiento.
“Dónde continuará y a qué hora todavía no lo sabemos. Vamos a ir viendo cómo transcurre la mañana”, confirmó a este medio Héctor Llera, ministro Coordinador y responsable oficial de las negociaciones.
La intención, comentó Palavecino, es que el haber inicial cubra la canasta básica alimentaria, que sitúan en torno a los 830 mil pesos. “O que se acerque lo más posible”, acotó.
Palavecino está en medio del corte de Avenida Uruguay. Cuatro cuadras están copadas por más de 20 patrulleros inmovilizados, vehículos particulares, gazebos y fogatas alrededor de la cual se ubican policías y particulares en sillones de playa. El humo de los palos y las maderas se mezcla, aún, con el hollín que sueltan las gomas incineradas en días anteriores. Los policías no llevan armas. Ninguno.
Algunas transversales a la avenida están transitables. Cada tanto, un vehículo pasa e imita con la bocina el sonido de batucada que se suelta desde el centro de la protesta.
Un agente que se acerca a Palavecino relató que hay uniformados que, al no poder pagar el alquiler, están en situación de calle. El vocero asintió. “Se está pagando entre 180 mil y 250 mil pesos por una casa”, comentó.
Si llega el llamado para retomar las conversaciones, la representación de los uniformados se trasladará al patio de Jefatura, ubicado a unas cuadras del centro de la protesta.
En la sede del Comando Radioeléctrico hay una planta baja, un hall y una oficina de servicios que se encarga de las comunicaciones y comisiones.
Al frente del turno mañana de la unidad está la oficina principal Marcia Domínguez. Tiene a su cargo 14 uniformados. Durante la charla comentó que están operativos.
No hay manifestantes dentro. “Se les presta el baño por razones humanitarias. Y se les deja cargar los celulares”, indicó. Del interior, hacía la calle, salen varios cables que alimentan equipos de audio instalados en la protesta.
Domínguez relató que el servicio de 911 no funciona en ese lugar, sino en otra dependencia ubicada en calle Félix de Azara. Allí reciben los llamados y comisionan a las distintas reparticiones. El Comando Radioeléctrico salió de ese rango desde el viernes. La frecuencia no modula. Y los cinco patrulleros están inmovilizados.
Un grupo de docentes, muchos de ellos de guardapolvo blanco, se sumó a la protesta. También guardaparques que dependen del gobierno misionero. Se ubicaron más allá del límite de Uruguay y Trincheras.
A unos 20 kilómetros, por ruta nacional 12, otros maestros cortarán el puente Guarupá. Y más al norte se interrumpirá el paso por esa vía a la altura de Santa Ana. En el acampe comentan que hay presencia de Gendarmería en esa zona.
En paralelo, a las 9 comenzó una reunión entre el gobierno y el sector salud representado por ATE.
Se encienden las sirenas de las patrullas y la autobomba. Los policías se agitan. Pasó por el acampe un grupo de trabajadores del hospital. Pasan en medio de los uniformados y de los docentes.
Mientras, la vida posadeña sigue con su normalidad provinciana. Los comercios están abiertos y las calles transitadas.