David Bejarano, uno de los acusados por el asesinato de Darío Monges, denunció que detrás del caso que se juzga, “hay personas poderosas vinculadas al narcotráfico y a la política”, y señaló que teme por su vida debido a su conocimiento de estos vínculos.
Desde Julio de 2024 se lleva adelante el juicio por el crimen de Darío Monges, quien fue encontrado sin vida el 3 de septiembre de 2022 en el interior de su camioneta Ford Sport Blanca en el barrio El Círculo, de Salta capital.
En lo que va de la Audiencia se fueron escuchando muchos testimonios, pero ayer dieron su testimonio los tres acusados y detenidos por el homicidio, se trata de Roberto Catalino Bejarano y sus hijos, Santiago y David Bejarano, todos de oficio mecánico.
Entre las tres declaraciones, David Bejarano fue quien ofreció una declaración extensa en la sala del Tribunal Oral Federal 1. Comenzó su testimonio expresando su temor, ofreciendo sus condolencias a la familia de Monges y revelando que se encuentra bajo tratamiento psiquiátrico y psicológico.
Denunció, además, que ha recibido amenazas dentro de la cárcel, lo que generó una advertencia del fiscal Eduardo Villalba para que realizara la denuncia correspondiente, con el fin de evaluar su posible traslado a otra unidad carcelaria.
Bejarano reconoció conocer a Monges y detalló que en dos ocasiones, durante la pandemia, realizó viajes a Orán para él. Según su relato, transportaba dólares escondidos dentro de una rueda, viajes que compartió con M.G., su sobrino, con quien mantenía una relación de confianza. Sin embargo, Bejarano evitó mencionar el nombre de quien autorizaba estos traslados. “Es gente pesada”, dijo.
Reveló también que Monges le mostró preocupación cuando en 2021 fue detenido por un episodio relacionado con un vehículo que le había vendido M.G., su sobrino. En ese contexto, Monges se inquietó, comentó David, por una cantidad de marihuana que, según Bejarano, estaba guardada en la casa de M. G.
Bejarano le pidió a su hermano Santiago que le entregara dicha “mercadería” a Monges. Aclaró que Santiago “no tenía nada que ver en ese negocio”.
David Bejarano denunció que detrás del caso hay personas poderosas vinculadas al narcotráfico y a la política, señalando que teme por su vida debido a su conocimiento de estos vínculos.
Otro punto clave de su declaración, fue su conflicto con M.G., a quien denunció por el incidente relacionado con un automóvil robado. Bejarano afirmó que M.G., su sobrino, es el testigo de identidad reservada en este caso. “Es obvio”, afirmó.
M. G. le vendió un auto por 400 mil pesos, pero David se lo devolvió porque no completó el pago. En 2021 detuvieron a David ya que el vehículo tenía la calcomanía Bejarano Motos y lo habían relacionado a disparos en un accidente. El denunciante luego dijo que no era él.
Bejarano afirmó que salió de la Alcaldía el día y la hora que Monges le dijo. Al recuperar la libertad procedió a denunciar a M.G.
Al ser consultado por la defensora Clarisa Galán sobre los días previos al asesinato de Monges, Bejarano relató que el 31 de mayo pidió prestada la camioneta de Monges para transportar una pieza de motocicleta. Dijo que era un cuadrante y que no podía hacerlo con su vehículo porque tenía parlantes en el baúl.
También recordó que el 1 de septiembre Monges pasó por su casa junto a “Coco” para recoger una baulera de Monges que estaba en su propiedad. Bejarano describió a Monges como alguien que frecuentaba su taller de motos, situado en la avenida Constitución, y aseguró que Monges mantenía vínculos con personas adineradas.
Recordó que en Pandemia, tenían permisos de circulación con los cuales no los frenaba nadie, todos obtenidos a través de Monges.
En la audiencia del juicio por el crimen de Darío Monges, el testimonio de Santiago Bejarano, uno de los imputados, fue el más esperado.
Santiago aseguró que él y su familia han recibido “amenazas constantes” desde que comenzó el proceso judicial. “Hay gente que no deja de llevar amenazas”, afirmó, dejando entrever un clima de intimidación que, según él, ha rodeado el caso. Incluso mencionó que varios abogados se acercaron a ellos en la cárcel ofreciendo tomar la defensa.
Santiago relató aspectos de su vida cotidiana y su vínculo con los demás involucrados. Vivía con su padre y su hermana en la calle Velázquez, y trabajaba en el taller mecánico que compartía con su hermano David Bejarano en la calle Constitución. Inicialmente, ambos comenzaron en un taller en la casa de su padre, pero luego se trasladaron al nuevo local, aunque Santiago aclaró que no era socio porque David debía pagar el alquiler.
Respecto a Darío Monges, dijo que lo conoció cuando este era chofer de Autocenter y llevaba una moto vieja al taller de los Bejarano. “Conmigo él no tenía mucho diálogo”, aseguró Santiago. También contó que el 31 de agosto de 2022, Monges llegó al taller y le prestó su camioneta a David para transportar un cuadro de una moto, mientras él permanecía en el lugar.
Sobre la finca de Los Yacones, propiedad de su padre y su tío, admitió que había caballos, vacas y una escopeta. Sin embargo, Santiago expresó temor: “Hay gente pesada, tengo miedo”, concluyó.
Por su parte el padre de David y Santiago, Roberto Catalino Bejarano, declaró brevemente en la audiencia. En menos de cinco minutos, orientado por la Defensoría Pública, dijo que “se haga justicia” y aseguró que los acusaron de algo que no hicieron. Roberto relató que trabajó como taxista entre 2010 y 2022, período en el que conoció a Darío Monges, quien también trabajó en la misma actividad y planeaba fundar un sindicato de taxis. Además, mencionó que Monges le ofreció ayuda cuando David Bejarano fue detenido en 20