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Bill Gates no es argentino

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Hay quienes piensan que la Historia de la Humanidad tiene motores que la impulsan. Algo así como unas fuerzas poderosas  que la lanzan hacia algún sentido determinado. Quienes así razonan  suelen discrepar sobre los motivos de las mismas.

Por Gustavo Ítalo Yanicelli

Entonces hay quienes sostienen que la humanidad evoluciona porque si, sin más razones, simplemente avanza y listo.  Otros, creen que hay conflictos que construyen la historia y sin esos choques no hay historia. Inclusos hay quienes afirman que el fuego que  lanza a la humanidad hacia adelante es de carácter misterioso y divino. En fin, las bibliotecas están llenas de libros y autores para explicarlo todo acerca de la  historia de la humanidad.

Lo cierto es que hay revoluciones silenciosas y absolutamente disruptivas en nuestra humana historia.  Alguien inventó la rueda o controló el fuego y nunca nada volvió a ser igual. Podríamos dar infinidades de ejemplos, de hechos que marcaron la historia de un modo definitivo, absoluto.

No hay ninguna duda que la humanidad es la opción de un cerebro inteligente en la evolución. No hay duda alguna tampoco que ese cerebro cada tanto da saltos pequeños o enormes pero siempre disruptivos. Ni hay dudas que con cada disrupción de ese cerebro la humanidad nunca vuelve a ser la misma. Es así.

Bill Gates tiene 64 años y es multimillonario desde los 23 años. Tiene una fortuna del orden de los 90.000 millones de Dólares. Hace 50 años en su secundaria le permitieron usar los ordenadores para codificar los horarios de las clases. El adolescente Bill realizaba ligeros cambios en la programación para que las clases a la que él asistía se llenaran de chicas lindas. Noten que hace medio siglo las escuelas de EE.UU. tenían computadoras y que Bill ya sabía cómo sacarles provecho.

El muchacho era definitivamente brillante. Rindió para acceder a Harvard obteniendo 1590 puntos sobre 1600. Luego abandonó la universidad para dedicarse solo a Microsoft. (Lo bien que hizo). Ha decidido en vida dejar en herencia a cada uno de sus hijos unos 10 millones de Dólares, una ínfima parte de su inmensa fortuna,  destinando el descomunal patrimonio a obras de beneficencia.

Por alguna razón que desconozco Bill escribió unas máximas que denotan en buena medida su sensibilidad espiritual  tan singular como la obra de su vida.

Puede ser, en realidad no lo sé, que en esas reglas estén escondidas algunas de las misteriosas fórmulas que hagan andar a los seres humanos  hacia un destino de mejor humanidad. Al menos creo que a la sociedad argentina puede ayudarle y mucho.  Tal vez. Ojalá.

Escribió Bill Gates:

1.”La vida no es justa, acostúmbrate a ello”.

Dejar de renegar con las injusticias de la vida es ciertamente sanador y sabio. La vida es así y no hay remedio. Ni lo habrá. No es desesperanzador, al contrario, es desafiante. Tenemos que inventar la manera de vivir vidas maravillosas aún con sus inevitables injusticias.

 2.”Al mundo no le importa tu autoestima, el mundo esperará que logres algo, antes de que te sientas bien contigo mismo”.

Y si no lo logras, al mundo le importará nada, entérate.

3.”No ganarás 5.000 dólares al mes nada más salir de la universidad. No serás el vicepresidente de una empresa con coche y teléfono a tu disposición, hasta que con tu esfuerzo hayas conseguido comprar tu propio coche y teléfono”.

Hace algo más allá de lo que sos o crees que sos.

4.”Si piensas que tu maestro es duro, espera hasta que tengas un jefe. El no tendrá paciencia”.

El que te va a salvar será tu maestro o profesor duro. No te olvides de agradecerle su rigor.

5.”Dedicarse a cocinar hamburguesas no te quita dignidad. Tus abuelos tienen una palabra distinta para definirlo: ellos lo llaman oportunidad”.

Las oportunidades son un milagro en nuestras vidas, no seas idiota, aprende a reconocerlas.

6.”Si te equivocas no le eches la culpa a la mala suerte o a tus padres. No llores por tus errores, aprende de ellos”.

Las obligaciones de tus padres con vos han terminado con tu mayoría de edad, poco más o poco menos.

7.”Antes de que nacieras, tus padres no eran tan aburridos como lo son ahora, ellos empezaron a serlo para pagar tus cuentas, limpiar tu ropa, y escucharte hablar de lo ‘enrollado’ que eres. Así que antes de que salves las selvas de la contaminación, porque no empiezas por limpiar primero tu vida, como por ejemplo, tu propia habitación”.

Dale las gracias a tus padres y hace algo con vos y para vos.

8.”Los colegios pueden haber eliminado la distinción entre excelentes, buenos y regulares, pero la vida real no es así. En muchos colegios hoy no repites curso, hacen que tus tareas sean cada vez más fáciles y tienes las oportunidades que necesites hasta aprobar. Esto no se parece nada a la vida real. Si fallas estás despedido. Así que acierta a la primera”.

No te olvides que la vida educa y no siempre de buenas maneras.

9.”La vida no se divide en semestres. No tendrás vacaciones de verano largas en lugares lejanos, y muy pocos jefes se interesan en ayudarte a que te encuentres a ti mismo. Tendrás que hacerlo en tu tiempo libre”.

Si no lo has hecho aún, trata de madurar y responder con eficacia a los desafíos. Ni tus jefes ni tus clientes ni tus proveedores y probablemente ni tus seres queridos te van a esperar.

10.”La televisión no es la vida real. En la vida real las personas tienen que dejar los juegos, el bar, los bailes o los amigos para irse a trabajar”.

Entérate antes que sea tarde.

11.”Se amable con los nerds, existen muchas posibilidades de que termines trabajando para uno de ellos”.

Por lo menos no te comportes como una persona boba.

Quizás tengamos que encender un motor en la Historia de Argentina. Tal vez necesitemos comportarnos como mejores personas, con menos reclamos de derechos y cumpliendo mejor nuestras obligaciones.

Tal vez el combustible que nos falte del motor de la historia de nuestra sociedad sea nuestra propia responsabilidad ante la vida, de nuestra propia vida.

Puede ser que allí esté el detalle que haga la diferencia. Puede ser, tal vez. Sin esas reglas jamás hubiera fundado Microsoft, una de las empresas más disruptivas en la historia de la humanidad.

Ahora sabemos que Bill Gates sin esas reglas no hubiese sido Bill Gates.

No tengo idea porqué Bill se dio tiempo para escribir estas reglas. Sin embargo estoy convencido que hablan mucho de su propia experiencia, es decir, parecen ser conclusiones autobiográficas. Pues entonces le saquemos provecho. Estas once reglas listan responsabilidades mínimas frente a la vida. La vida de cada persona.

Ya ven, podemos copiar de Bill Gates algo más que el Windows y el Office y estoy seguro que no le va a molestar a Microsoft. Seguro que no.

Y nos va a hacer muy bien.

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Director

Eduardo Huaity González

Salvador® es una publicación de
Editorial ABC S.R.L.
Gral Güemes 1717
Salta, Argentina